Revista Siete Días Ilustrados
06.05.1974
carta
El plan de grandes investigaciones de Siete Días se halla en
plena marcha. Era éste uno de los ambiciosos proyectos
concebidos a principio de año, a la hora de trazar balances,
ejercitar autocríticas y propender a que la revista ventile,
sin timidez, las cuestiones que más preocupan a los
argentinos y también aquellas otras que cohabitan
secretamente en el ánimo de nuestra sociedad. La serie se
inició la semana pasada con un minucioso informe sobre el
misterio de la desaparición de mujeres, un flagelo que
agobia a miles de familias en todo el país, ante el cual
nada es tan nocivo como recluirse en la resignación. Hoy se
despliega una nota que recorre en profundidad el drama de la
drogadicción y que destapa algunas flaquezas de la ley; esas
flaquezas restringen ei campo de maniobra de quienes están
empeñados en la lucha contra el más cruel de los vicios.
También en este número (página 24) se inserta, e manera de
prólogo, un texto referido a los resultados de una encuesta
que ocupará amplio espacio en nuestra próxima entrega, y que
despeja todos los interrogantes sobre el grado de parentezco
que la juventud establece con el dinero. Es decir, ¿hasta
qué punto el dinero —"esa cosa sucia y vil"— condiciona sus
expectativas de superación? ¿Hasta qué punto el dinero es
grato a los ojos de quienes sueñan con revisar las pautas
que rigen a la sociedad de consumo? Este número contiene
otros materiales exclusivos: en Roma, la enviada especial
Adriana "soportó" el brioso monólogo de Giulietta Masina
(página 26); en Montevideo, el corresponsal Antonio Mercader
consiguió entrevistar a la legendaria Juana de Ibarbourou,
voluntariamente exiliada en el silencio desde hace décadas
(página 58).
EL DIRECTOR
|