Revista Siete Días Ilustrados
22.07.1974
Todas las tardes, a la hora del té, la oficina de Servicios
Exteriores de Editorial Abril vuelca, sobre Siete Días,
impresionantes paquetes conteniendo material periodístico
extranjero. Cualquiera podría sospechar que Mario Enrique
Ceretti, director de ese departamento, siente un regocijo
especial, diabólico, expresando (tan abrumadoramente) su
enorme eficiencia. Esos paquetes acercan a la revista el
latido del mundo, de corriente con exagerada fidelidad:
centenares de fotos de la última travesía de Kissinger, la
ceremonia bautismal de un remoto príncipe del Tibet,
minuciosos reportajes a estrellas internacionales de cine.
Aunque la inspección de esos materiales insume horas, exige
el análisis técnico de las ilustraciones de color y la
lectura veloz de textos casi siempre escritos en inglés,
francés, italiano o alemán, nadie desdeña esta obligación,
que permite a Siete Días ser un fiel reflejo de la historia
contemporánea. De esa búsqueda se obtuvo, por ejemplo, una
gema preciosa: la nota que se edita a partir de la página 52
("Lo que todos los hombres de 40 deberían saber"), un tema
trascendental enfocado, por fin, con la indispensable
dignidad.
EL DIRECTOR
Siete Días reitera uno de sus principios editoriales: nadie
que carezca de credencial de acreditación puede asumir la
representación de la revista. Esas credenciales están
expedidas —exclusivamente— a nombre de los redactores,
fotógrafos y colaboradores que figuran en el staff (columna
de ia izquierda). Bajo ningún concepto, la publicación de
notas periodísticas supone, por parte del entrevistado,
desembolso monetario alguno.
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