Revista Gente y la Actualidad
17.01.1974
DETRAS DE LA ESCENA
No. No es un error, un descuido, una casualidad. En este
número hay 16 páginas dedicadas al verano. El verano "vive"
entero en la revista. Y no sólo desde Mar del Plata sino
también desde Bariloche y desde Punta del Este. Y la semana
que viene, tal vez desde Córdoba o Pinamar. ¿Por qué? ¿Cuál
es el fenómeno? El fenómeno se llama realidad. De pronto, un
país entero se muda, se vuelca hacia las áreas del verano, y
nosotros tenemos que seguirlo. No, por supuesto, para
mostrar a los protagonistas de la farándula en los
escenarios o en las playas. Ese es apenas un pequeño
porcentaje del fenómeno. Tenemos que seguirlo a través de
los éxitos del mundo del espectáculo, pero también a través
de un terrible accidente que deja 14 muertos. Lo seguimos a
través de la moda o de las costumbres, pero también a través
de las palabras de un ministro en vacaciones (Antonio Benitez, de Justicia) que aprovecha el alto en la tarea para
mirarse por dentro como hombre y como funcionario, y también
para analizar el país con la tranquilidad y la serenidad que
da el estar lejos del epicentro de los problemas. Ese verano
que ocupa dieciséis páginas es, por ejemplo, un desopilante
comentario para Haydée Padilla (La Chona), pero también la
tristeza de comprobar que hay patotas, que hay en la calle
una violencia absurda que merece entrar en el plano del
editorial. Y es el lenguaje, la gente, los lugares de moda,
Mirtha Legrand seguida en sus almuerzos desde el Provincial
por una multitud, un deportista, un escritor. Es, en suma,
un país en verano. Que en este caso —en el caso de Argentina
1974— no significa para nada un país que descansa, que está
ocioso, sino un país que crea, proyecta, trabaja, arranco
definitivamente. Porque ninguno de esos protagonistas,
famosos o anónimos, usa el verano sólo para devorar el sol y
dejar la mente en blanco. Al contrario: transpiran sobre un
escenario, atienden negocios, se comunican, estrechan lazos,
inventan, producen. Ir a Mar del Plata es para la gente de
la Argentina apenas una mudanza física, pero nunca un
divorcio espiritual del compromiso que significa hacer el
país. Y si alguna duda quedara, no hay más que analizar en
cifras el fenómeno económico que significan los tres meses
de verano en Mar del Plata: un movimiento de dinero acaso
similar al presupuesto de un país latinoamericano. De allí
esas 16 páginas de este número, que de ningún modo deberían
ser anuncia, das con el tradicional cartel de "Silencio,
gente descansando", sino con otro mucho más real y
contundente: "Entre, diga, opine, métase, que aquí hay gente
trabajando para el país, aunque esté al sol y en traje de
baño".
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