El lunes de la semana pasada, en Villa La
Angostura, Juan Carlos Algañaraz y el fotógrafo Antonio
Legarreta estuvieron en la residencia "El Messidor", para
pasar, junto a la familia Onganía, que está de vacaciones en
el Sur, una larga mañana en la que se trataron muchos temas
que tienen que ver con el futuro del país. El presidente de
la Nación recibió a nuestros enviados y conversó
extensamente sobre la Argentina futura. Sobre lo que pasará
y lo que se construirá. Sobre sus ideas y sus deseos para el
país que gobierna. Sobre los tiempos, sobre las teorías,
sobre los hechos en general. Todo estos elementos sirvieron
para que Algañaraz componga, con las respuestas y las
observaciones personales —gestos, sonrisas, manos,
cigarrillos fumados— un informe sobre Onganía y el país del
futuro que es de imprescindible lectura, para saber qué
pasará en esta Argentina donde "cada año es una batalla".
Legarreta, por su parte, y como es de costumbre, tuvo su
anécdota personal en esta nota. Todos saben que la
prolificidad de la familia Onganía es notable. Año tras año
la cantidad de nietos aumenta a un promedio veloz. Cuando
toda la familia estaba junta y Legarreta apuntó su máquina,
el presidente preguntó:
—¿Entramos todos en el objetivo?
Legarreta, sin sacar el ojo del visor, contestó:
—Si. Pero si esto sigue así el año que viene voy a venir con
una cámara de cinemascope. . .
En el número pasado, en dos páginas cerradas sobre el filo
de la salida de GENTE a la venta, publicamos la nota sobre
el casamiento de Barnard con Bárbara Zöellner. Aclaramos —en
esa misma página— que estábamos disconformes con lo que
dábamos, pues nuestra intención era estar en Johannesburgo
el día de la boda, para vivir un acontecimiento de nuestro
tiempo: más allá del puro hecho frívolo, considerábamos que
esta boda era una apasionante historia con muchos hilos que
se movían tras la agitada vida del cirujano quizá más famoso
del mundo. Pero no pudimos llegar. Entonces logramos una
exclusividad. En primicia mundial para la Argentina, Curtis
Pepper, el biógrafo de Barnard, único invitado autorizado a
entrar con cámara fotográfica al casamiento, relata todo lo
que ocurrió esa noche en una elegante casa de Inunda,
Johannesburgo, en la que él fue uno de los 22 presentes. Las
fotos, de un aficionado, tienen el valor de un auténtico
documento.
Desde hace tres años sabíamos que Nicolás Konialidis, un
magnate grecoargentino, cuñado de Onassis, pasaba algunos
días del verano en Punta del Este, luego de vivir durante
once meses en Grecia, Buenos Aires, París, Nueva York, el
mundo. Y desde hace tres años fueron varios los enviados de
GENTE que intentaron reportear a este hombre que está
directamente vinculado a una de las fortunas más grandes del
mundo y que conoció muy de cerca la boda del siglo: la de
Jacqueline Bouvier con Ari Onassis. Pero la fortuna estuvo
de parte de Mario Mactas, de GENTE, quien junto al fotógrafo
Ricardo Alfieri volvieron de Punta del Este, triunfantes, y
con la nota exclusiva en su equipaje: Una hermosa historia
de dos hombres que comenzaron en Buenos Aires como empleados
de Teléfonos y que hoy tienen una fortuna que se cuenta en
miles de millones de dólares. . .
Hasta la próxima
Revista Gente y la Actualidad
26.02.1970
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