Revista Siete Días Ilustrados
21.06.1971
En este número
Los esfuerzos del gobierno por alcanzar el codiciado Gran
Acuerdo Nacional suelen encontrar cada semana un nuevo
obstáculo para sortear. Esta vez, sin embargo, las cosas le
anduvieron mejor, pues la atención fue imprevistamente
desviada hacia un tradicional —aunque casi olvidado—
episodio de la política argentina: el duelo a pistola que
esta vez sostuvieron el general Oscar Colombo y el
nacionalista Arturo Jauretche en un criadero avícola de San
Vicente. Por supuesto, los contendores salieron ilesos y sin
reconciliación, y una vez disipada la nube de humo que
engendraron esos estampidos, los ojos de la opinión pública
volvieron a mirar hacia Madrid, donde el cónclave peronista
sigue sumergido en un hondo misterio. Los ecos de esas
conversaciones y su relación con los episodios locales se
sintetizan en la página 14. Pero las coincidencias políticas
de los grupos civiles que deberán afrontar el futuro
argentino se despliegan más claramente en los reportajes
insertados en las páginas 60, 61 y 62, donde se traza un
paralelo entre La Hora del Pueblo y el Encuentro de los
Argentinos, para determinar en qué se parecen y en qué se
diferencian.
• Más difíciles parecen, en cambio, las condiciones para un
sólido acuerdo en el siempre convulsionado mundo
universitario. Divididos en minúsculos grupos politizados,
los estudiantes sólo se unen —como ocurrió otra vez hace
diez días— para rebelarse contra sus decanos. Los detalles
de la última asamblea convocada por Filosofía y Letras
(foto) se incluyen en la página 15. Los maestros, a su vez,
tampoco se ponen de acuerdo: el problema de la reforma
educativa los tiene demasiado preocupados. Para determinar
por qué se oponen unos y por qué la apoyan otros, SIETE DIAS
entrevistó a reformistas y antirreformistas, cuyas
respuestas se dan en las páginas 82 y 83. Tal vez una de las
medidas que sirvan para poner de acuerdo a los argentinos
—por lo menos en algo— sea el anuncio de la implantación de
la famosa polla del fútbol (insólitamente rebautizada
"prode"), cuya organización el Ministerio de Bienestar
Social ha confiado a la Lotería Nacional. El presidente de
este organismo, Oscar Magdalena, explicó a SIETE DIAS lo
poco que se sabe hasta ahora sobre el tan esperado mecanismo
de juego y el destino que se dará a los jugosos dividendos
que produzca. Las respuestas de Magdalena y un informe sobre
los sistemas empleados en Italia y Brasil se insertan en las
páginas 12 y 13.
• Una de las dificultades mayores con que se topa el
periodismo moderno consiste en juzgar qué es "lo importante"
de entre el alud de información que se desploma cada semana
sobre las redacciones. En un mundo discepoliano, en el que
conviven —dentro de la realidad y de la .fantasía— los
minishorts con Vietnam y el fútbol junto a los documentos de
la Iglesia, SIETE DIAS siempre pretendió abarcar la
totalidad de los temas, sin prejuicios ni autolimitaciones,
sin recaer en la solemnidad ni asfixiarse en el peligroso
clima de la frivolidad.
Este número es una muestra más de esa vocación totalizadora:
con sólo transitar unas cuantas páginas el lector puede
acceder a una excepcional investigación del periodista
irlandés Desmond O' Grady sobre la vida privada y política
del Papa (foto) —el propio Pablo VI también debe enfrentar,
cada 24 horas, las contradicciones de un mundo caótico— cuya
primera parte se brinda a partir de la página 26, o bien
incursionar en el luminoso mundo de los café-concerts
porteños, un racimo de locales nocturnos en los que se
aposentó, en los últimos dos años, una modalidad musical
aunada al show teatral que ya había florecido en Europa en
la entreguerra (página 48). Es que los mundos se tocan:
porque lo entendió así el novelista Erich Segal —un extenso
reportaje se desgrana desde la página 36— fue capaz de
mantener su prestigio académico en la Universidad de Yale
mientras su best-seller Love Story arrasaba, desde librerías
y cines, con todo el sentimentalismo del mundo. (Justamente,
la ola de romanticismo rompió esta semana sobre las costas
de Buenos Aires).
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