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crónicas del siglo pasado

 

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Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
05.07.1971
En este número

Cuando la agencia Tass anunció al mundo, en la madrugada del miércoles pasado, que la tripulación de la nave Soyuz 11 había perecido durante las maniobras de aterrizaje, un escozor erizó la epidermis del planeta. No es ésta la primera vez que la ciencia espacial se cobra nuevas víctimas, sin embargo la humanidad siempre se resiste a admitir que ése sea el precio que deba pagarse por la civilización. Los cosmonautas soviéticos Georgy Dobrovolsky, Vladislav Volkov y Víctor Patsayev fueron inmolados en una aventura cada vez más apasionante, pero también cada vez más peligrosa: la conquista del mundo extraterrestre, esa formidable hazaña emprendida por el hombre en la segunda mitad del siglo veinte. Tal vez las penurias que sus colegas norteamericanos Jim Lovell, Fred Haise y John Swigert debieron soportar durante la dramática odisea de la Apolo XIII —en abril del año pasado— hayan sido un toque de atención, una severa advertencia de los riesgos que se corrían. Ahora, con la muerte de los tres rusos, ya son siete los cosmonautas que perdieron la vida durante el ejercicio de su profesión. En enero de 1967 les tocó a los tripulantes de la primera misión Apolo (Virgil I. Grissom, Edward H. White y Roger Chaffee), quienes quedaron carbonizados durante un simulacro de vuelo; tres meses después encontró la muerte el piloto de la flamante Soyuz I (Vladimir Komarov), quien se estrelló durante el aterrizaje. SIETE DIAS, que dio cuenta siempre de estos episodios, publica en esta edición un material exclusivo sobre la experiencia soviética y sus infortunados protagonistas, a partir de la página 10.
• En la Argentina, mientras tanto, otra actividad muy diferente —la política— comenzaba a desarrollarse con vertiginosidad la semana pasada. Pero, curiosamente, no eran las agrupaciones tradicionales —otra vez rehabilitadas con la nueva Ley Orgánica de los Partidos—, sino los movimientos que se inclinan por la acción violenta, quienes tomaron la iniciativa. En Córdoba, un cónclave peronista de militantes "duros" (foto) resolvió desechar toda negociación con el presidente Lanusse y "organizar los cuadros de la resistencia". SIETE DIAS —la única publicación que tuvo acceso a esas deliberaciones— recogió la opinión expuesta por los sectores participantes, dialogó con ellos y produjo un informe que se edita en las páginas 15 y 16, donde se incluye, además, la insólita conferencia de prensa organizada por un grupo izquierdista, el ERP, dos días después, también en Córdoba. En Buenos Aires, en cambio, quienes aceleraban sus actividades políticas eran los estudiantes universitarios, ahora lanzados a una lucha interna (foto) por la posesión de banderas cada vez más revolucionarlas. Para detectar todos los matices que aparecen en ese gran abanico, SIETE DIAS indagó en cada una de las facultades y logró trazar un cuadro aproximado de esas corrientes. Es el que se inserta entre las páginas 18 y 20.

• Anticipándose a estos episodios, SIETE DIAS había iniciado una minuciosa investigación en una ciudad argentina donde la política también suele provocar estallidos violentos. Se trata de Rosario, a la que Juan Perón acaba de identificar como "la capital" de su movimiento. El resultado de la encuesta efectuada entre los rosarinos, para averiguar si coinciden con tal definición, se inserta a partir de la página 22. Llevarla a cabo fue una labor ardua, aunque muy necesaria en la búsqueda de la realidad argentina. Tan necesaria como lo es ahora bucear cada vez más profundamente en el pasado para establecer responsabilidades históricas. En este último aspecto SIETE DIAS se obligó a ofrecer también un valioso aporte: la interpretación del 9 de Julio de 1816 —cuyo 1559 aniversario se cumple ahora— a cargo de tres ensayistas de distintas tendencias (un nacionalista, un comunista y un independiente). Esos textos se reproducen a partir de la página 34.

• ¿Cómo viven, qué piensan y sienten los penados que purgan su condena en dos de las más singulares cárceles argentinas? Durante casi una semana, dos hombres de SIETE DIAS —el redactor Rubén Tizziani y el fotógrafo Hugo Rodríguez— compartieron la rutina de los internados en la Colonia Penal de Santa Rosa y el Instituto Abierto de General Pico. Dos establecimientos modelo en su tipo, cuya característica más llamativa es la de amalgamar reclusión con libertad. Un proceso complejo, lleno de matices inesperados, conmovedores, que se analiza a partir de la página 60.

• Un médico argentino viajó al corazón del Amazonas para colaborar con un equipo de científicos brasileños en la prevención de enfermedades infecciosas tropicales. Los planes sanitarios, experimentados con grupos aborígenes prácticamente aislados de la civilización, le permitieron elaborar un sorprendente testimonio escrito y gráfico que se despliega entre las páginas 48 y 50.

• Que Raquel Welch no necesita emitir una sola palabra para conquistar a muchedumbres masculinas, parece una perogrullada. Sin embargo, en materia de seducción "en silencio" no todo se reduce a exhibir apetitosas anatomías. La nota que arranca en la página 52 explica, en detalle, el enigmático lenguaje corporal que el sexo femenino puede emplear para atrapar varones. Un insospechado repertorio de artilugios —gestos, miradas, maneras de caminar, de cruzarse de piernas y otras actitudes más o menos significativas— que, al parecer, son capaces de enternecer al más hierático y recatado de los hombres.

 

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