Revista Siete Días Ilustrados
30.08.1971
En este número
Tras una bandera antes no desplegada en el Altiplano —"Ni
izquierdas ni derechas, sólo nacionalismo"— el coronel Hugo
Banzer Suárez asomó, el lunes 23, a los balcones del Palacio
de El Quemado, en La Paz (foto), erigido en jefe de un nuevo
gobierno de facto. Su arribo al poder no fue, como sucedió
otras veces, consecuencia de un sordo tejemaneje; durante
una semana, buena parte del territorio de Bolivia se
convirtió en escenario de lucha entre las paupérrimas
milicias fundadas por Juan José Torres, el presidente
derrocado, y las Fuerzas Armadas, que actuaron por
inspiración de dos corrientes ideológicas de común
enfrentadas y ahora circunstancialmente afines: el
Movimiento Nacionalista Revolucionario y la Falange
Socialista Boliviana. La asonada arroja un saldo de más de
un centenar de muertos y, todavía, un clima de incertidumbre
en cuanto al destino del nuevo régimen. Al cierre de esta
edición, los observadores del cuadro político en La Paz
estimaban que el coronel Banzer estaba a punto de soportar
su primera crisis al disentir con altos jefes militares
sobre un tema básico: la necesidad de convocar a elecciones
para mayo de 1972. Un esquema completo de la situación
imperante se traza a partir de la página 8; es una síntesis
de los materiales exclusivos recogidos por un corresponsal
de SIETE DIAS en la propia fuente de los hechos.
•Hace quince días, un equipo de hombres de la revista fue
comisionado para una tarea poco frecuente: debía olvidarse
de su condición de redactores y sumergirse en un laberinto
todavía más azaroso, el de los números. Vista
superficialmente, la consigna era simple: se trataba de
establecer, con pelos y señales, cuánto cuesta abastecer las
necesidades de una familia tipo, de clase media, residente
en Buenos Aires. En el fondo, la pretensión era determinar
cuál debe ser el salario digno real que permita a un
matrimonio con dos hijos vivir a cubierto —por lo menos
económicamente— de las tragedias cotidianas. Tras una
inacabable consulta en supermercados y farmacias, en tiendas
y peluquerías, en cooperadoras escolares y centros de
diversión, un maremágnum de cifras se desplegó sobre el
escritorio de José María Jaunarena, encargado de fijar
promedios y evaluar las necesidades y gratificaciones —los
gastos, en suma— que una familia como tantas tiene derecho a
satisfacer. A partir de la página 54 se ofrece la disección
minuciosa de ese espectro, que lleva implícita ila esperanza
de que alguna vez sea algo más que un recuento de
aspiraciones.
•El proyectado viaje de Richard Nixon a China Popular dio
pie —aparte de las interpretaciones políticas— a un nuevo
tipo de actitudes en el hombre medio occidental: también los
hombres de prensa se preguntaron si la imagen tradicional
del comunismo chino no debía ser revisada o, al menos,
puesta al día. SIETE DIAS pretendió, con el informe
exclusivo que se publica a partir de la página 22, ir aún
más allá: de lo que ahí se trata no es sólo de entender a
los chinos en tanto líderes del marxismo ultraduro, sino
como ciudadanos de una gran potencia, a través de su vida
cotidiana y enfocados con una óptica amplia, capaz de ver a
un pueblo más allá de la política. Que es como decir: más
allá de las mutables circunstancias.
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