Revista Siete Días Ilustrados
21.02.1972
EN ESTE NUMERO
"Desde ya, es imprudente esperar que mi visita a China
arroje resultados espectaculares", anticipó Nixon a Lanusse,
durante la conversación telefónica que sostuvieron el lunes
7. Tres días después, en su despacho de la Casa Blanca, el
presidente norteamericano aceptó la visita de algunos
periodistas para anunciarles que partiría hacia Pekín el
jueves 17 y que más valía suponer que librará allí un
diálogo antes que una negociación. "En realidad —dijo—, éste
es el principio". No deja de ser, sin embargo, el mayor
acontecimiento político desde el fin de la Segunda Guerra, a
juzgar por las expectativas que engendra, a nivel
internacional, y de las implicancias evidentes sobre el
proceso electoral en los Estados Unidos —los comicios se
celebrarán en octubre—, ya que Nixon postula su reelección.
A partir de la página 10, SIETE DIAS presenta los resultados
de un trabajo exhaustivo sobre la relación de fuerzas y las
diferencias políticas entre Norteamérica y la China
comunista, cuyo despliegue demandó la colaboración de casi
todos los servicios exteriores asociados en exclusividad a
la revista. El propósito —logrado con creces— era trazar un
cuadro de situación, sobre el filo mismo del trascendental
encuentro.
• Este número provee una variedad de temas igualmente
importantes: a partir de la página 14, una investigación
minuciosa en torno a la huella sangrienta trazada por Carlos
Eduardo Robledo Puch, un asesino de singular ferocidad;
desde la 18, el informe que Adriana estructuró en Nueva York
sobre el encuentro entre dos famosos gladiadores: Oscar
Bonavena y Floyd Patterson; en la 22, una sensata
aproximación al mundo de los brujos, a propósito de un
congreso que se acaba de realizar en España; desde la 40,
las primeras fotos exclusivas de un film llamado a seducir a
multitudes, y que por primera vez reúne a Alain Delon,
Toshiro Mifune, Charles Bronson y Ursula Andress; a partir
de la 54, una serie de propuestas para gente perspicaz, con
ganas de divertirse un rato; en la 74, finalmente, la cosa
más insólita: Carlos Gardel juzga a Perón, al Gran Acuerdo,
a la Argentina de estos días.
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