Revista Siete Días Ilustrados
06.03.1972
EN ESTE NUMERO
Aunque el almanaque diga que el verano dura del 21 de
diciembre al 20 de marzo, el verdadero verano de los
periodistas comienza con los primeros calores, a principios
de diciembre, se muda a las playas hacia Año Nuevo, culmina
en Carnaval y termina en los primeros días de marzo. En ese
lapso crítico —enero y febrero— el desdoblamiento de las
redacciones en un cuerpo central y varias "embajadas
costeras" obliga a incrementar esfuerzos, ampliar el horario
de trabajo, aguantar frecuentes "clavadas" hasta altas horas
de la noche o pegarse al teléfono en procura de una
comunicación de larga distancia, muchas veces dificultosa:
las líneas están abarrotadas. Otro balance posible del
verano, claro, es el que hacen no sólo los turistas sino los
empresarios y empleados de las ciudades-balneario, cuya
capital indiscutida es Mar del Plata: para ellos, ésta no
fue una temporada floja —como las anteriores— sino un éxito
que trastrocó todos los pronósticos pesimistas. De todo eso,
más un vistazo a las angustias de los gesellinos que se
sienten invadidos por el progreso y desarrollo de la Villa,
trata el informe que arranca en la página 72.
* Hace 10 años, cuando el Gran Acuerdo aún no existía, el
candidato peronista Andrés Framini se adjudicaba en las
elecciones del 18 de marzo la gobernación de la provincia de
Buenos Aires, un hecho que precipitó —o determinó— la caída
del entonces presidente Arturo Frondizi. Algunos de los
principales protagonistas y testigos recuerdan la fecha a
partir de la página 22. Otros informes hurgan las
intimidades de la Ley Universitaria, cuya proyecto motivó
encontradas opiniones (18 a 20), explican por qué en los
Estados Unidos las enfermedades venéreas han alcanzado la
gravedad de una epidemia (32) y enseñan cómo humillar,
mortificar y agraviar a un hijo, tarea antipedagógica urdida
—en solfa— por el colaborador Mario Mactas (página 50).
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