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Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
15.05.1972
EL QUINTO ANIVERSARIO DE LA REVISTA COINCIDE CON EL LANZAMIENTO DE "SIETE DIAS INTERNACIONAL"
Cinco años en la vida de una publicación constituyen holgado tiempo para cosechar toda clase de experiencias.
Como responsable de Siete Días —desde hace 224 semanas—, debo reconocer que he sido especialmente estimulado por el afecto y la predilección que hombres y mujeres jóvenes (espiritualmente jóvenes) dispensan a la revista. Un favor significativo, ya que Siete Días no es una revista complaciente ni focaliza su atención en un sector determinado.
Abierta a todos los públicos y a todos los temas, debió afrontar el serio riesgo de no caer en la hibridez, consecuencia de no interesar particularmente a nadie. Por suerte, esas dudas se esfumaron bien pronto. Un lenguaje franco, un alto nivel informativo que desde el principio desdeñó prejuicios y compromisos ideológicos, más el pleno ejercicio de la amenidad y el convencimiento de que era imperativo propender a la difusión de una cultura, infundieron a Siete Días una personalidad que resultó atractiva al más amplio espectro de lectores.
Como director, ninguna otra satisfacción hubiera podido compararse a la de arribar al quinto aniversario disfrutando de la confianza y la simpatía de cientos de miles de personas, un contingente de amigos que crece sin pausas.
Pero esa satisfacción ha debido aparearse a otra, que cumplo en anunciar, con inocultable orgullo: a partir de esta edición, Siete Días será leída simultáneamente, regularmente, en toda América latina. Es ésta, pues, la primera revista escrita en lengua española que abre sus páginas al continente a través de una Edición Internacional.
Siete Días Internacional, que a partir de hoy aparecerá semana por medio, representa un notable esfuerzo de la Editorial Abril; es la prueba fehaciente del tesón de una empresa argentina sensible a la necesidad de recoger y trasmitir los sentimientos de unidad y comprensión que son comunes entre pueblos ya hermanados por el idioma.
La idea de fundar Siete Días Internacional nació a mediados del año pasado. Desde entonces, representantes de la revista y funcionarios de la Editorial viajaron repetidamente a todas las capitales de América con el propósito de cubrir la enorme gama de requisitos organizativos: desde la instalación de corresponsalías y oficinas de distribución, hasta la contratación de vuelos y el diseño de las características de cada mercado. La red de corresponsales exclusivos —los periodistas más idóneos de habla hispana— empezó a funcionar a fines del año pasado; esas tareas de acatamiento culminaron hace quince días con óptimos resultados. Entonces se puso en marcha el número 1.
El prestigio de SIETE DIAS había cosechado ya fuera de las fronteras del país (decenas de miles de ejemplares semanales emprendían las rutas del mundo) exigía el minucioso ensamble de cada una de las partes del proyecto. A nadie escapaba que las consignas que dieron origen a Siete Días —un espejo fiel de la historia contemporánea— debían ser infundidas a quienes se enrolaban en esta empresa, sin duda la más ambiciosa en la historia del periodismo latinoamericano.
Ahora, y gracias a que esos objetivos fueron ya alcanzados, cuando nuestros lectores habituales tomen contacto con este número, exactamente 107.500 ejemplares de la Edición Internacional estarán siendo depositados en las bocas de expendio de toda América latina.
El número 1 de la Edición Internacional consta de 84 páginas. De más está decir que los materiales allí insertos, preparados especialmente para su lectura continental, conjugan las vivencias de un universo habitado por 200 millones de seres humanos, cuyas potencialidades asoman con indomeñable vigor al mundo de los grandes intereses y las grandes decisiones. Así, América latina poseerá ahora un órgano periodístico vocacionalmente puesto al servicio de sus verdades. Siete Días Internacional es la primera revista dedicada a Latinoamérica e íntegramente escrita por latinoamericanos.
Estos halagos —el cumpleaños de un Siete Días, el lanzamiento de otro— son en definitiva, la consecuencia del permanente apoyo que nos tributan lectores y anunciantes. Verdaderos promotores del fervor que nos anima, corresponde reiterarles nuestro agradecimiento y ratificarles el compromiso de no detenernos, de consolidar —en áreas cada vez más amplias— la imagen que Siete Días supo vertebrar desde su aparición. Como se ve, éste es un desafío que no cesa.
Norberto Firpo

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