Revista Siete Días Ilustrados
07.08.1972
EN ESTE NUMERO
Bueno, si todavía no descubrió qué es lo que tiene de raro
este número, es hora de decírselo. No, no es que tenga más
páginas, aunque a primera vista parece una edición más
"gorda": son las 100 páginas de casi siempre, que a veces
suben o bajan a 108 ó 92 de acuerdo con las variaciones de
la actividad publicitaria a lo largo del año. No, lo que
está viendo de distinto en esta edición de Siete Días es
que, por primera vez, la revista ha cambiado su formato. No
mucho: algunos seguramente ni advertirán la diferencia; por
lo demás, la cantidad de texto que cabe en una nueva página
es igual al que podía leerse antes. Sencillamente sucede que
se ha eliminado parte del reborde blanco que circunda el
área escrita de las hojas: si bien cada ejemplar mide 2
centímetros menos de alto y 1,6 centímetros menos de ancho,
la mayor parte de esa quita se ha hecho a costa de esa
franja marginal. Cierto: el nuevo formato es más cómodo y
estético. Pero Siete Días no quiere mentirle: no fue sólo
por eso que se decidió la modificación. El motivo tampoco
fue el de ahorrar papel: como bien saben las señoras, los
paños de género (y lo mismo les pasa a las bobinas de papel)
tienen un ancho standard que contempla un pequeño excedente,
el cual inevitablemente, se desperdicia. Pero lo grave —y lo
que explica esta diferencia de formato— es que esos pocos
centímetros cuadrados ociosos de cada página representan
también gramos de más en el peso: esa "grasita" superflua en
el peso de una página, multiplicada por 100 páginas y vuelta
a multiplicar por los casi 100 mi! ejemplares de la Edición
Internacional, representaba un inadmisible exceso de fletes
aéreos. Por razones técnicas, la edición local acompaña a su
hermana latinoamericana en ese empeño adelgazante. Y,
además, gana algo de comodidad y belleza con su nueva
"silueta", ¿no?
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