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NUESTRA PORTADA
Desde que apareció en las carreteras argentinas, Marcos Ciani sentó
fama por su pericia y audacia. Es de los que les gusta correr. Pero
adosando cierta dosis de cálculo al afán de velocidad. A poco de
debutar alcanzó satisfacciones consagratorias, mas nunca había
disfrutado del halago mayor en el Gran Premio. Esta vez se dio el
gusto. Y su triunfo es premio a la aptitud que demostró.
Revista Mundo Deportivo
30.12.1957
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