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Revista Mundo Infantil Nº 347
21 de mayo de 1956
LA REVOLUCIÓN DE MAYO
El 25 de Mayo es una fiesta muy importante, porque en ese día se
cumple un nuevo aniversario de la creación del primer gobierno
autónomo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Como sabes, hasta hace 146 años nuestra patria dependía de España, y
los nativos se veían Obligados a obedecer a los representantes del
rey de ese país europeo; no podían gobernar, ni elegir a sus
representantes. Tampoco se les permitía comerciar libremente.
Luego de las invasiones inglesas muchos patriotas que tuvieron
destacada actuación en las luchan de 1806 y 1807 empezaron a
reunirse, ora en casa de uno de ellos, ora en la de otro, para
planear en secreto la Revolución. Cuando el rey Fernando VII fué
tomado prisionero por Napoleón y Francia ocupó España, los
propulsores de nuestra independencia, consideraron llegado el
momento de jugarse por la suerte de su patria. Puesto que el virrey
ya no representaba a nadie, se imponía sustituirlo por un grupo de
ciudadanos elegidos entre los más capaces y valientes. Claro está
que don Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien se sabía apoyado por
gran parte de los españoles residentes en su jurisdicción, no estaba
dispuesto a renunciar. Sin embargo, los criollos no temieron
exigirle la convocación a Cabildo Abierto. Se llamaba así la reunión
de los principales vecinos en el edificio del Cabildo (situado en la
plaza de la Victoria), con la finalidad de tratar asuntos de mucha
importancia. Durante la asamblea, que luego de vencer la resistencia
del virrey se realizó el 22 de mayo de 1810, los cabildantes
confiaron a la votación el trascendental problema, el recuento de
los votos demostró que eran mayoría los que ambicionaban un gobierno
independiente. Los españoles del Cabildo se apresuraron a crear una
junta presidida por Cisneros, a lo que los criollos se opusieron
enérgicamente.
El Cabildo volvió a reunirse el 25 de mayo de 1810. Fué la reunión
más importante y también la decisiva, ya que en ella participó el
pueblo de Buenos Aires, que iba ocupando desde temprano la amplia
plaza. Mientras los cabildantes discutían en el interior del
edificio, allá abajo, firmes bajo la lluvia, hombres y mujeres,
jóvenes y ancianos, ricos y pobres, todos los hijos de la ciudad
alzaban la voz para reclamar una patria libre y un gobierno propio.
No llevaban armas, pero estaban dispuestos a empuñarlas en caso de
necesidad: sus únicas armas eran los colores celeste y blanco, que
French y Beruti repartieron entre ellos en carácter de distintivo.
Una vez más, como en las jornadas gloriosas de la Reconquista y de
la Defensa, triunfó el pueblo, que tuvo, por fin, su gobierno. En la
página del Suplemento Escotar correspondiente a segundo grado
encontrarás, lector amigo, los retratos y las biografías de los
miembros de ese gobierno que, como sabes, se llamó Primera Junta.
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