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Revista Gente y la Actualidad
22.01.1970
Tapa Beatriz Marta Gros
MEMO
DE: GELBLUNG A: FONTANARROSA
Lo hago tipo informe, que creo es la mejor manera de ir poniendo las
cosas al correr de la máquina. Después de aplicarme seis vacunas
contra el tifus, contra la fiebre amarilla, contra el cólera, contra
la malaria y el paludismo —para esto último estoy tomando unas
pastillas de arsénico que me producen unos terribles mareos—,
conseguí finalmente que la compañía autorice la venta de pasajes a
esa zona. Hoy parto para Roma por Aerolíneas. Allí tengo que
gestionar la visa a cualquiera de los dos lugares que tengo como
destino: Lagos, capital de Nigeria, y Libreville, capital de Gabón.
Desde estos puntos es posible llegar a Biafra. Probablemente en
estos momentos lo más seguro sea Lagos, ya que hay correos que van y
vienen constantemente en la ex capital secesionista de Biafra. En
cambio, ayer balearon, en el aeropuerto de ULI, a un avión de la
Cruz Roja que venía de Libreville.
Los únicos medios para llegar son los del Ejército Federal. No hay
otro recurso, pues las rutas son consideradas puntos estratégicos, y
en consecuencia no Se permite el tránsito de ningún vehículo que no
sea de las tropas nigerianas. Desde luego que todo esto es
información oficiosa, porque en realidad la verdad de todo esto se
sabe recién cuando uno llega. Mi objetivo principal es el
descubrimiento de un nuevo mundo. Al menos para nosotros. No es que
seamos ingenuos o inocentes. Pero tenemos que reconocer que Biafra,
Africa en general, es un continente desconocido para los argentinos.
¿Cómo vivió la guerra ese mundo desconocido? ¿Cómo está sufriendo
las consecuencias? ¿Llega la ayuda o no? ¿Cómo viven, cómo se
sienten frente a mí y cómo me siento yo frente a ellos? ¿Qué puedo
hablar con ellos? Sus respuestas. ¿Cuál es la posibilidad de diálogo
entre estos dos mundos? También, por supuesto, contaré mi vida allá,
mis experiencias personales de viajero, con interés de observarlo
todo, y de meterme todo dentro de los ojos. Mi viaje paso a paso,
desde el momento mismo en que piso este lugar caliente del mundo,
que tiene sobre sí la mirada del mundo, que se pregunta el cómo y el
porqué de una guerra que terminó, en dos años, con más de dos
millones de personas. Lo que comq^ qué puedo conseguir, dónde
duermo. Para llegar a Biafra tengo que conseguir el salvoconducto
del ejército para que me trasladen con una patrulla. Por el momento
es todo. Lo que conozco de Biafra me lo contaron. Estoy igual que
ustedes. Cuando pise ese territorio sabré la verdad de muchas cosas.
Me sorprenderé por algunas y, quizá, me indigne por otras. Espero
ser lo más fiel y observador para poder contar todo, en detalle, así
como lo viva yo.
Hasta la vuelta.
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