Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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Revista Gente y la Actualidad

Revista Gente y la Actualidad
23.12.1971
Tapa Teté Coustarot y Linda Smith

DETRAS DE LA ESCENA
La semana pasada hablamos del verano y de todas las cosas que tenemos preparadas para esperarlo. Algunas de ellas ya van en este número y semana a semana iremos cumpliendo lo prometido. Claro que las cosas que pasan también se van agregando a la actualidad de cada edición, y a veces eso nos hace cambiar los planes. Y eso es precisamente lo que nos hace temblar todos los martes cuando a la espera de últimas novedades quedan supeditadas algunas notas de las que salen en este número. Pero ésta fue una semana tranquila, al menos hasta ahora, cuando estamos escribiendo estas páginas. Por ejemplo, Geno Díaz, hombre de GENTE, apostó el otro día en la redacción que podía pasar cualquier cosa con este número, pues había una nota que él hizo sobre las supersticiones y en ella se incluían algunos nombres bastante conflictivos en cuanto a sus efectos. Geno dice que no cree, pero que, en fin, todo puede ser. Felizmente la nota por ahora no ha producido nada más que muchas discusiones internas, entre los que creen y los que creen, pero menos. Por cualquier cosa nosotros, objetivamente, nos limitamos a no abrir el paraguas bajo techo, y a no pasar debajo de ninguna escalera, por lo menos hasta que las máquinas comiencen a imprimir este número. Después veremos.

—Sabés, Braceli vive de Locche y duerme de día...
Esta frase se escucha habitualmente en la redacción antes y después de cada pelea de Nicolino. Resulta que Braceli es muy amigo de Nico y además mendocino, como él; razón por la cual cada vez que pasa algo con Locche, Braceli encuentra una buena excusa para viajar a su provincia natal. Esta vez no pudo ser. Locche hizo todo lo que tenía que hacer aquí, en el Luna Park, y después de varios días de trabajo nuestro hombre elaboró una nota muy especial sobre el campeón: ¿cuáles son las claves para que Nicolino sea lo que es? Como Braceli tomó más tiempo del necesario para esa nota, los compañeros insistieron justificadamente:
—Ves, vive de Locche y duerme de día. . .
Hasta la próxima.

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