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Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
15.07.1974

LA ARGENTINA DE TODOS
"En el final de este camino está la Argentina Potencia, plena de prosperidad, con habitantes que puedan gozar del más alto standard de vida, que la tenemos en germen y sólo debemos realizarla. Yo quise ofrecer mis últimos años de vida en este logro que es toda mí ambición. Sólo necesito que los argentinos lo crean y me ayuden a cumplirlo". PERON

A partir de las 13.15 del lunes 19, una extraña sensación anida en el espíritu de los argentinos: la desaparición física del teniente general Juan Domingo Perón sumió al país entero en una consternación que respondía, fielmente, al enorme caudal de afecto que el presidente había tributado a su pueblo. Quienes ese día, y los dos siguientes, nos largamos a las calles de Buenos Aires, pudimos ser testigos de una veneración sin duda inigualada en los anales de la historia nacional; quienes atendimos las llamadas telefónicas de nuestros corresponsales en el interior pudimos, asimismo, recoger el testimonio de una congoja sin límites, a veces expresada en remotos villorrios, dondequiera el mensaje de Perón había abierto una cuña de fe y coraje. A esa tristeza se sumó, a mediados de la semana, la incipiente confianza de que su legado —su prédica en favor de una comunidad hermanada por el interés común: la grandeza nacional— serviría a los argentinos para estimular su tenacidad de todos los días. "En esta lucha —había dicho Perón desde los balcones de la Casa Rosada, el 12 de junio, en el que sería su último contacto personal con el país— no debe faltar ningún argentino que tenga el corazón bien templado." En el breve anuncio de su muerte, María Estela Martínez de Perón retomó ese pensamiento: expresó que la aciaga circunstancia debía "retemplar el espíritu del pueblo argentino en un sentido de verdadera unidad nacional". Ya a partir del sábado 29, cuando el agravamiento de la enfermedad de Perón lo obligó a delegar el mando, la conciencia política del país enfatizó su vocación institucionalista y entregó a la ciudadanía —azorada por las expectativas que se estaban viviendo—documentos que ratifican su clara disposición en favor de los postulados que fueron una constante en el accionar de Perón. Nadie duda de que su proyecto de Reconstrucción y Liberación, consigna oficial que acuñó hace un año, gozaba —y goza— del mayor consenso público.
En torno a esa premisa, sintetizada en el ideal de Argentina Potencia, Siete Días comenzó a elaborar hace dos meses los materiales que ocupan 43 páginas de este número, cuya aparición estaba calculada para la víspera del 158º aniversario de la independencia nacional. Parecía oportuno que, para entonces, la revista estuviera en manos de sus lectores con una entrega específicamente dedicada a reflejar una realidad que forjan con su fervor y su talento quienes anhelan consolidar una nación libre, justa y soberana. Casi todo el número estaba en proceso industrial —y algunos pliegos ya impresos— cuando sobrevino la infausta nueva: hoy, este esfuerzo adquiere una nueva dimensión, es nuestro modesto aporte en beneficio de esa confianza que Perón supo infundir a millones de argentinos y que representa su mayor legado. Una simple ojeada a partir de la página 48 bastará para probar que la Argentina Potencia del próximo decenio empieza a ser tangible. Un orgullo que Siete Días expone aquí ante los ojos del mundo.
EL DIRECTOR
Norberto Firpo

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