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Siete Días Ilustrados 12.10.1970 EN ESTE NUMERO
LABERINTOS EN EL ALTIPLANO (página 10). Entre el domingo 4 y el
martes 6, la ciudad de la Paz, sede del gobierno boliviano, era el
epicentro del más confuso episodio político que registra la
historia de ese país; y es mucho decir: esa historia está
tachonada de golpes militares, un vaivén que no logró sofrenar el
presidente de facto Alfredo Ovando Candía, cuya renuncia fue dada
a conocer la mañana del martes, dos horas después de lograda la
foto de arriba. Desde el principio de la crisis, un corresponsal
de SIETE DIAS, Ted Córdova, vivió en el escenario mismo de los
hechos; su informe es el reflejo de aquellos tejemanejes.
ROMEO, JULIETA Y OSCAR ARAIZ (página 44). Si no se dejara llevar
por su fervor, si no fuera un investigador de la personalidad de
actores y personajes, es posible que Oscar Aráiz no hubiera podido
recrear la tragedia de los amantes de Verona en una versión
coreográfica tan original. Un fotógrafo de SIETE DIAS —munido de
película en color— logró captar la belleza del mejor espectáculo
de danzas ofrecido en Buenos Aires en lo que va del año. TEMA:
LA VACA (página 34). "Es difícil atender las exigencias del
consumo y a su vez una mayor demanda exportadora", proclamó en
Bahía Blanca, durante el pasado fin de semana, el secretario de
Agricultura y Ganadería, ingeniero Walter Kugler. Se refería
—claro— a la grave crisis de lá carne, que ahora derivó en un cese
casi total de faenas por parte de los grandes frigoríficos. A los
factores estacionales que tradicionalmente durante septiembre y
octubre provocan alzas de precios, se unió este año una alarmante
disminución de las exportaciones, que comenzó a insinuarse desde
principios de julio. Hacia mediados de septiembre, los precios del
ganado en pie subastado en el Mercado de Liniers fueron
considerados inaceptables por los exportadores, hasta el punto de
apelar a un lock out prácticamente total del proceso industrial.
El país parece asistir así a un retorno del viejo encontronazo
—con visos de círculo vicioso— entre productores e industriales.
Esta crisis coincidió, al mismo tiempo, con el estallido de una
campaña psicológica tendiente a habituar a los argentinos al
consumo de carnes no vacunas. Es la aplicación práctica de lo
reclamado en Bahía Blanca por el secretario Kugler. Pero es
también un desafío a la costumbre alimentaria más arraigada en la
población. A partir de estos datos, SIETE DIAS destacó un equipo
de cronistas y redactores con la misión de detectar hasta qué
punto es posible semejante cambio. Para ello, fueron entrevistados
todos los sectores: desde los planificadores oficiales de la
campaña, los componentes de la Comisión Interministerial que
representan el área, hasta dietólogos y simples consumidores. El
resultado no sólo apunta a responder sí los argentinos son capaces
de renunciar al bife: incursiona además en lo que tal vez
constituya el meollo de todo el problema. Porque el verdadero
interrogante gira alrededor de si restringiendo el consumo es como
se soluciona el grave bajón de los cupos exportables y la
inusitada alza de precios. ¿No es acaso la crisis general del agro
la que genera este tipo de trastornos?
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