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Revista Siete Días Ilustrados 01.03.1971 En este número Alain Delon Los días de Carnaval, como ya es tradición, fueron
una especie de remanso en las agitadas aguas de la política
nacional. Todos los interrogantes sobre presuntos relevos en el
gabinete y cambios en el elenco de gobernadores quedaron sin
respuesta, a la espera de la abdicación del rey Momo. Hasta el
presidente Levingston
aprovechó el feriado para tomarse un descanso en la residencia
Quincha-Huala (próxima a Bariloche), invitado por el comandante en
jefe del Ejército; una manera como tantas de despistar a quienes
especulan con presuntas diferencias insalvables entre él y
Lanusse. No fue extraño, entonces, que los sucesos de Uruguay
monopolizaran el interés de los consumidores de noticias. El más
detonante, claro, fue la liberación de Aloysio Dias Gomide, cónsul
brasileño raptado el 31 de julio último, en Montevideo, por el
Movimiento de Liberación Nacional "Tupamaros". Cuando, poco antes
de la medianoche del sábado 20 de febrero, Gomide —en la foto, con
su esposa María Apparecida Leal, esa misma noche— fue abandonado
en las calles de la capital uruguaya, batió un record que,
seguramente, nadie intentaría por su propia voluntad arrebatarle:
el encierro más prolongado sufrido por un secuestrado político. Un
dudoso mérito —206 días— que, al cierre de esta edición, amenaza
ser superado por otro prisionero del MLN, el norteamericano Claude
Fly. El "caso" Gomide, entre las páginas 14 y 19. • En
Montevideo todavía es noticia la reunión que, el 17 y 18 de
febrero, mantuvieron en Colonia los presidentes Levingston y
Pacheco Areco. Es que, al margen de las formales resoluciones
contenidas en la Declaración de San Juan, los círculos políticos
analizan con preocupación las consecuencias del tema extraoficial
que—según comentan insistentemente— habría monopolizado las
conversaciones entre ambos mandatarios: el terrorismo. Las
versiones aseguran que el presidente argentino pidió al uruguayo
medidas represivas más enérgicas para combatir a los tupamaros; la
respuesta habría sido que es todo lo enérgica que permite un país
donde existe un Parlamento abierto y prensa de oposición. La
discusión también se centró sobre las diferentes posiciones
adoptadas por Uruguay y Argentina en la reciente reunión de
cancilleres convocada por la OEA, y el tono del debate, en más de
una ocasión, habría excedido los límites protocolares. Mientras
tanto, en los aledaños del salón de conferencias la policía sé
ocupaba minuciosamente de desbaratar —casi siempre por la fuerza—
los intentos de los periodistas acreditados por obtener
información. La actitud de las fuerzas de seguridad —o de
represión, en este caso— fue juzgada como "deplorable" por el Club
de la Prensa Extranjera, entidad de flamante fundación que cuenta
en su comisión directiva con un hombre de SIETE DIAS: el
corresponsal Antonio Mercader. Pero el tema Uruguay no se agota
allí. En el más sofisticado balneario oriental, Punta del Este, se
realizó el domingo 21 una ce emonia que todos los años despierta
singular revuelo: la elección de la Reina Mundial de las Azafatas.
El cetro, esta vez, fue a parar a manos de la representante de
Aerolíneas Argentinas. SIETE DIAS estuvo allí y pudo ver lo que se
cuenta en las páginas 74 y 75. 191.500 EJEMPLARES
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