Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Tapas de revista
Revista Siete Días Ilustrados

Siete Días Ilustrados
15.03.1971
Claudine Auger
En este número
Esta es la edición número 200 de SIETE DIAS. Más que un halago, la cifra entraña compromisos mayores, los que emergen del ejercicio pleno de la adultez periodística. Es un riesgo de esos que los redactores asumen como una forma de gratificación, ya que la revista ensancha sin pausas sus áreas de influencia y sirve semanalmente a más lectores, que la han convertido en su semanario preferido. No es una frase vacua ni tampoco un alarde de suficiencia: la semana pasada un órgano de prensa de Buenos Aires (que no pertenece a la Editorial Abril) difundió los resultados de una encuesta realizada entre lectores jóvenes de uno y otro sexo, la cual ubicó a SIETE DIAS en el primer lugar entre las revistas que provocan mayor adhesión. Antes, otras investigaciones de mercado habían probado lo mismo: ninguna otra revista argentina irradia tan pareja atracción en hombres y mujeres; el 72 por ciento de los lectores habituales de SIETE DIAS coincide en que es ésta la publicación que ofrece información más completa, amena e interesante, y despojada de toda tendenciosidad; también es la que dedica más espacio a temas del interior y de América latina. Sucintamente, son los factores que permiten a SIETE DIAS arribar al número 200 en expansión y desarrollo, con los más altos niveles de circulación de su trayectoria.
Este número contiene algunas notas que ejemplifican todavía mejor las razones del éxito:
• A partir de la página 82, un servicio especial, directamente desde Nueva York, sobre el mayor acontecimiento deportivo del año (o del siglo, como pretendieron sus promotores). Las fotos del triunfo del campeón mundial, Joe Frazíer —una máquina de dar trompadas—, sobre el habilísimo y engreído Cassius Clay se acompañan con declaraciones de hombres que acaso sean los que reúnan más experiencia para analizar ese combate: en efecto, los hermanos Rago —preparadores técnicos de Oscar Bonavena— vieron la pelea, la noche del lunes 8 desde un televisor de SIETE DIAS.
• De paso hacia Francia, en donde ejerce rá la embajada de su país, Chile, el poeta Pablo Neruda trascurrió unos pocos días en Buenos Aires. Concedió una sola entrevista privada a un redactor de SIETE DJAS (ambos en la foto, con Matilde Urrutia, su mujer) y juntos recorrieron la ciudad (Neruda refrescó recuerdos) y dialogó sobre la actualidad política chilena y el destino del continente, a la luz de los hechos que jalonan la historia reciente. Desde luego —el diplomático no olvida al escritor—, también se habló de poesía. La trascripción fiel de ese encuentro se edita entre las páginas 10 y 12.
• Una experiencia educacional esbozada en 1970 adquiere este año características masivas: más de trescientas escuelas públicas de nivel primario empiezan a desarrollar esta semana un programa de reforma. Aunque ambicioso y teóricamente progresista, el plan sume en notorias confusiones a maestros, padres de alumnos y a los propios educandos, insuficientemente informados sobre las características que habrán de imperar, desde ahora, en las aulas. En qué consiste esa reforma y cuáles son las ventajas e inconvenientes que acarrea trata el informe instalado entre las páginas 14 y 17, que recoge las opiniones más representativas y provee los elementos esenciales para el definitivo esclarecimiento de la cuestión.
• En la página 46, a pleno color arranca un ensayo en profundidad sobre la evolución (tapizada por innumerables mitos de conveniencia ideológica) y el actual status de la mujer soviética. SIETE DIAS obtuvo en Moscú fotos que antes no habían sido vistas en Occidente sobre la vida cotidiana y la evidente "feminización" de las moscovitas, material éste que ¡lustra un trabajo que integra la enciclopedia Los dos colosos (Editorial Argos, de Barcelona), cuyos derechos de reproducción fueron gentilmente cedidos por sus representantes en la Argentina.
• Esta semana culmina, en Mar del Plata, el certamen que decidirá quién es la Miss SIETE DIAS 1971. Un homenaje a la gracia y a la belleza de las jóvenes argentinas, que responde a una de las preocupaciones "tradicionales" de este semanario. En tiempos de sordas convulsiones, de presagios agoreros, de temores no siempre infundados, este asomo de frivolidad pretende, apenas, deslizar una tangente de optimismo: surge, sin mayores comentarios, de las imágenes impresas entre las páginas 6 y 9.

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