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Siete Días Ilustrados
31.01.1972
EN ESTE NUMERO
El viaje de un redactor de SIETE DIAS a la hermana república de
Ecuador no sólo le permitió seguir de cerca la visita del
presidente Lanusse y sus contactos con el dueño de casa, el
presidente José María Velasco Ibarra (páginas 10 y siguientes). La
especial deferencia mostrada por funcionarios y particulares
ecuatorianos para con el enviado —además de los comentarios con
que explicaron esa predilección— no hace sino corroborar algo que
los directivos de Editorial Abril ya aben hace tiempo: ninguna
publicación en castellano es tan conocida y apreciada en el resto
de América latina como SIETE DIAS. Desde luego, esa simpatía no
debe ser evaluada solamente respecto de la cantidad de lectores:
también importa observar quiénes —siempre los ciudadanos más
lúcidos y exigentes de cada capa social— son los que leen la
revista.
• Un motivo para esa preferencia está dado, desde luego, por el
equilibrio entre muy diversas notas que satisfacen todos los
motivos de interés, sin refugiarse en una frivolidad fácil —una
forma de despreciar la inteligencia de les lectores— o aburrir con
temas excluyentemente "importantes". Esta edición permite, por
ejemplo, conocer el pensamiento vivo de Josué Posadas, líder
argentino de una secta trotskista mundial que habla con los perros
y alienta la revolución de los niños contra los adultos (página
28); adentrarse en la investigaciones sobre mutaciones sexuales
(22 a 24); participar de una cacería de ciervos en su época de
brama (desde la página de color 40), o entender cómo es esa nueva
nación llamada República Popular de Bangla Desh (14).
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