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Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
28.08.1972
EN ESTE NUMERO
Detrás de una revista, detrás de cada edición, hay un universo de gente que se mueve para que ese ejemplar que llega a manos del lector lo satisfaga, le sirva, lo informe y entretenga. El taller gráfico —un mundo aparte, multitudinario y dinámico, casi una incursión en la tecnología del mañana—, los departamentos de publicidad y distribución, las áreas administrativas, en suma toda la editorial, son los pulmones, los brazos, los pies sobre los que corre ese ejemplar para llegar a su cita con el anónimo lector que deberá juzgarlo. Pero el corazón de una revista es, claro, su redacción; y Siete Días tiene un corazón sano y joven, capaz de esforzarse sin daño en una maratón que se corre todas las semanas. Para lograr ese particular estado físico, a Siete Días no le bastó con echar mano a periodistas que fueran sólo eso, buenos periodistas: debió reunir un capital humano que se caracteriza por su vocación, su juventud mental y —sobre todo— por una virtud bastante rara y que podría llamarse flexibilidad cultural. Es ella la que permite moverse sin tropiezos en temas del todo distintos, la que faculta a un periodista para poder reportear indistintamente a un ministro, un científico extranjero, un ídolo de la música o el deporte, un indígena de la Cordillera, un hombre de la calle o un filósofo. Es esa flexibilidad cultural la que aleja a esta revista de otras, la que la diferencia tanto de la frivolidad semianalfabeta como del engolamiento solemne y sin humor. Un ejemplo pequeño, mínimo: el informe de Leda Orellano (foto) sobre cómo trasformar el balcón de un modesto departamento en una alegre jungla de flores y plantas. Antes que recaer en un plomizo tratado de Botánica o en un pasatista editorial sobre decoración floral, la autora prefirió averiguar cuánto cuesta, qué conviene plantar, cuáles son las condiciones que debe reunir el balcón (y las especies allí plantadas), dónde conseguir semillas, bulbos o plantines, qué clase de hobby es la jardinería. A Siete Días le pareció mucho mejor este enfoque de servicio que cualquier otro. ¿Qué opina el lector?
Leda Orellano

 

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