Revista Primera
Plana
120
23/02/1965
Horacio Sueldo Otra vez en busca de aliados
"De mí no deben fiarse cuando me saco los anteojos, se inculpa el cordobés Horacio Sueldo, sin dejar de quitárselos y acomodarlos de nuevo, acompasadamente, sobre su nariz filosa. Es inesperado que un político anuncie en qué momento debe retaceársele la confianza; es más inesperado todavía que él, Sueldo, ni siquiera necesite demasiado la gruesa armazón de carey que le sirve de escudo: el astigmatismo lo incomoda desde 1943, pero ahora sigue siendo capaz de ver claramente sin esas muletas; inclusive hasta lee, desvalido de ellas, a riesgo de que le duelan los ojos."
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