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Año III Buenos Aires, 14 al 20 de setiembre de 1965 Nº 149
CARTA AL LECTOR
Los premios son siempre un compromiso. En 1964, al convocar a dos concursos para Novela y Ensayo, Primera Plana lo asumió con la Argentina, cuya importancia cultural había defendido
tenazmente en cada una de sus páginas) en sus portadas, donde se sucedían novelistas, pintores, músicos; en su manera afirmativa de mirar el país. En 1965, ese compromiso es más vasto, porque toda la América hispana entra en juego. Los cuatro jueces elegidos se cuentan entre los mayores intelectuales del continente; es más, lo representan de un modo cabal y también de un modo joven, como la propia Primera Plana pretende representarlo. El monto atribuido al premio —ceñido esta vez sólo al rubro Novela— es de los más altos que se conozcan. Esta revista entiende que la adhesión a una cultura vale tanto como la prédica en favor de ella. Y el certamen de 1965, cuyas bases se publican en la página 81, significa exactamente eso: un acto de fe.
Sin embargo, la realidad no se sacia con gestos: en la semana que empieza, la visita del Presidente italiano Giuseppe Saragat obligó a una forma diferente de acción.
• El proceso de incertidumbre de la economía de Italia, que intenta recuperarse luego de la recesión, fue observado sobre el terreno por un enviado especial, Alberto Borrini, quien entrevistó durante tres semanas, en Roma, Milán y Turín, a dirigentes de empresa, funcionarios del gobierno y organizaciones sindicales hasta obtener el exhaustivo, eaclarecedor panorama, que se despliega de la página 71 a la 77.
• Simultáneamente, otro enviado, Osiris Troiani, arrancaba de un Quirinal (el palacio gubernativo) adormecido por las vacaciones, las claves del mensaje que Saragat trae a este continente,
A la vez, el segundo pleito entre Independiente e Internazionale, que arrastró hasta Milán una multitud nunca vista, convocó también a un testigo de Primera Plana: el propio Borrini, cuya versión del partido tiene la frescura que sólo podía darle un espectador corriente.
Italia tiene que ver de algún modo, también, con la última y más difícil etapa del Concilio Vaticano, a la que presta una atmósfera insustituible: la de su Roma poblada, desde ahora, por la púrpura de los cardenales y la curiosidad del mundo. En la semana de su Reunión Inaugural, este número incluye —entre las páginas 28 a 31—- un minucioso informe sobre el acontecimiento. Más dramáticamente, Buenos Aires proveyó otra historia: la que cuenta Norberto Firpo en las páginas 34 a 36, después de participar durante seis horas, junto a un fotógrafo de esta revista, de una de las más difíciles operaciones cardíacas que se hayan hecho en la Argentina.
Hasta el martes próximo, EL DIRECTOR
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