Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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Panorama abril 1970 - Oposición
Panorama febrero 1971 - Tapa de Caloi
Panorama septiembre 1968 - Checoslovaquia
Redacción septiembre 1974 - Grietas del gobierno
Redaccion julio 1974 - Quienes gobernaran ahora
Revista el pato donald (1959) - 1
Revista el pato donald (1959) - 2

 

Comentario
Hola Tito, excelente el material que pusiste de la Revista Primera Plana.
En aquella revista escribieron muchos de los mejores periodistas de los 60 y por contenido y formato fué una publicación de avanzada. El lector promedio de esa publicación era de clase media, urbana, profesionales, intelectuales. Gente que hoy se autodefinirían como "progresistas".
Quizá fruto de la confusión de esos años, o de la confusión que vivía ese sector social, no los alarmaba ver escritos o dibujados ataques a la débil presidencia del Dr. Illia (ver dibujo de Flax o editorial de marzo del 66, tres meses antes del golpe de Onganía).
Sería interesante conocer que decía la revista después de junio, depuesto Illia y cerrrado el Congreso.
hector 


CARTA AL LECTOR
Desde el 18 de enero al 1º de marzo, es decir, durante siete semanas, Primera Plana debió suspender sus ediciones regulares, a causa de un conflicto suscitado entre los sectores obrero y patronal dé la industria gráfica. Todos los intentos. practicados para reanudar el diálogo con los lectores resultaron infructuosos; si bien el pleito laboral nada tenía que ver con Primera Plana —que carece de talleres y contrata la impresión—, el gremio había decretado y observado medidas de solidaridad que vedaban el acceso a otras empresas. La solución del conflicto, lograda a fines de febrero, permite ahora la reaparición de la revista.
Mientras la huelga se mantenía, un funcionario gubernista creyó oportuno ironizar frente a un periodista de Primera Plana: "Desde que ustedes no salen, ya nadie habla de golpe de Estado". La acusación no hacía sino esconder el resentimiento de todo un elenco ante sus críticas. Sin embargo, no fue preciso esperar la reaparición de Primera Plana para que el tema estallara en los diarios: dos de los máximos jerarcas del oficialismo se refirieron al golpe, en una reunión política, como a un riesgo cierto y no a una entelequia.
Por supuesto, ni Primera Plana ni ningún medio periodístico pueden inventar un fantasma inexistente y asustar con él al público; si el golpe existe, como posibilidad política y tema periodístico, es porque también el propio gobierno lo incuba, aunque más no sea con su incapacidad para solucionar los problemas del país. Pero resulta que cuando el gobierno admite su existencia real es para envolver bajo ese ropaje a cuanta crítica o advertencia se le formula desde la oposición o desde la calle, como si la quiebra del régimen institucional fuera la única manera viable de derrotar al gobierno. Las últimas elecciones parciales demostraron que el camino de las urnas puede ser tan letal para el partido gobernante como el de los cuartelazos.
Obviamente, Primera Plana no está interesada en la defensa de este gobierno ni alienta su derrocamiento. Hace, pura y simplemente, un periodismo crítico a través del examen y la valoración de los hechos. No es culpa de Primera Plana que los errores superen a los aciertos, y si quisiera dejar de ver esa realidad, sencillamente no podría.
La Argentina tiene un ejemplo con el reciente conflicto gráfico que impidió la salida de la mayoría de las revistas. El gobierno no quiso o no pudo encontrar una solución; tampoco se preocupó por hacer cumplir las leyes y los recaudos, creando así peligrosos precedentes. En todos los casos, dejó de actuar como un gobierno con autoridad. A lo largo de dos meses, el grupo más numeroso de editores de revistas estuvo imposibilitado de ejercer los derechos de libertad de expresión, libertad de trabajo y libertad de comercio. Señalar este vacío de poder, ¿será considerado, también, como incitación al golpe?
Hasta el martes próximo.
EL DIRECTOR


Augusto Vandor frecuenta un bar ubicado en Rioja al 1900, a pocos metros de la sede metalúrgica que él regentea. Allí, con Avelino Fernández y Gerónimo Izetta se entrega a vastas ''tenidas" de truco, que sólo finalizan al filo de las 5 de la mañana, entre whisky, vino reserva, salame y queso. Hasta el propietario de un cine de la vecindad suele aproximarse a la "cueva" (como se denomina al bar), para intercambiar alguna idea con Vandor. Hace pocos días, tras el saludo, el del cine le dijo al dirigente gremial: "A ver cuándo lo veo por mi sala, mire que damos buenas películas". El "Lobo" contestó, esquivando las pullas de Izetta: "Como para ir al cine está la cosa". Y alguien terció, filosamente: "¿Pero no es cierto que iría si dieran 'El general murió al amanecer' ?"

 

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