Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

OTRAS IMAGENES DEL SITIO

Revista Extra Diciembre 1972
Revista Mundo Infantil 01-1955
Revista Mundo Infantil 02-1955
Revista Mundo Infantil 18-04-1955
Revista Mundo Infantil 11-04-1955
Revista Mundo Infantil 05-1955
Revista Mundo Infantil 11-1954
Revista Mundo Infantil 12-1953
Revista Siete Días Ilustrados 06-1967
Revista Caras y Caretas (elecciones)
Revista Caras y Caretas (los dos rivales)
Revista Caras y Caretas (Bolivia-Paraguay)


Año IV Buenos Aires, 6 al 12 de setiembre de 1966 Nº 193
CARTA AL LECTOR
Desde su aparición, hace ya casi cuatro años, se adjudicó a Primera Plana la defensa de todas las ideologías y tendencias políticas de la Argentina. Una revista del frondicismo, al promediar 1964, nos acusó de apoyar a los radicales del Pueblo; los radicales deí Pueblo nos tildaron de frondicistas, y terminaron llevándonos ante la Justicia por subversivos, luego de intentar nuestro ahogo económico mediante una presión sobre los avisadores. Los peronistas, inclusive en solicitadas, opinaron que trabajábamos para la derecha; la derecha nunca dejó de pensar que respaldábamos al peronismo.
Dos meses atrás, al prohibirse las actividades políticas, respiramos aliviados: al menos por un tiempo iban a cesar las calificaciones. Pero en los últimos quince días, mientras un periódico nacionalista nos integraba —junto con otras tres publicaciones— en la "áurea cadena marxista", el denominado "órgano oficial del partido comunista" nos afiliaba a otra dependencia: según su tesis, somos instrumento del "imperialismo yanqui".
De donde parece inferirse que las calificaciones proseguirán. Se trata, en el fondo, de un visible déficit de lectura y de un error conceptual: el de creer que Primera Plana es "una revista política". Puesto que la mayoría de las revistas semanales fueron siempre, en la historia del periodismo argentino, tribunas ideológicas o voceros de un Gobierno, y puesto que los semanarios de noticias constituyen una novedad del último quinquenio, la antigua terminología tiende a persistir, a veces por comodidad, otras por insidia.
Que Primera Plana no es una revista política, que la propaganda y el proselitismo políticos no son sus medios ni sus fines, lo atestiguan ciento noventa y tres ediciones. Los altos costos de ese torrente informativo se pagaron y se pagan con la venta de ejemplares y de publicidad, no con los dineros de un partido o de un Gobierno, con los caudales de un líder político o empresario, con la colecta de una masa de afiliados. Nadie llama, a La Prensa o a La Razón, "diarios políticos"; como ellos, Primera Plana es una publicación de interés general y, en su género, el semanario de mayor circulación dentro del país. Un par de simples operaciones aritméticas bastarían para ejemplificar una vez más esta línea editorial: en el Nº 192, sobre sesenta páginas hábiles (32 se ocuparon con anuncios), sólo el 15 por ciento albergó informaciones vinculadas con medidas oficiales, sindicales, universitarias y militares.
Si hay una política, en Primera Plana, es la de hacer hincapié en la Argentina, una república adulta que no cesa de crecer y elevarse, al margen de las banderías y las polémicas. Nuestros concursos literarios, nuestras copiosas investigaciones científicas, nuestra devoción por un arte maduro, nuestra visión humana de la vida diaria en la Capital y las provincias, el continuo sondeo de los progresos industriales y empresarios, son la respuesta —y el homenaje— a aquella adultez. Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.

 

siguiente en la sección