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Año IV Buenos Aires, 1° al 7 de noviembre de 1966 Nº 201
CARTA AL LECTOR
El miércoles pasado asumieron sus cargos las nuevas autoridades de la Confederación General del Trabajo, nombradas el 22 de octubre, luego de sinuosas, exasperantes negociaciones. Pero el miércoles pasado asumieron, también, el mayor desafío a que se verán expuestas: su actitud frente al Gobierno. Hostil para con la Administración Illia, la CGT recibió alborozada su derrocamiento y reemplazo, el 28 de junio último. Desde entonces, debió salir media docena de veces al cruce del Gobierno, y tomar nota de la primera rebelión de un grupo sindical contra el Poder Ejecutivo: la huelga de los portuarios. Qué sucederá, de ahora en adelante, es lo que se propone estimar un informe contenido en las páginas 18/21.
• La influencia de Alvaro Alsogaray sobre la actúal situación argentina es difícil de medir con exactitud. Su leyenda, en cambio, crece velozmente. El jueves pasado, no menos de tres informantes aseguraban a Primera Plana que Alsogaray no regresaría a Washington antes de imponer un nuevo Ministro de Economía; a esa hora, sin embargo, Alsogaray estaba en Washington, en sus oficinas de la Embajada. Con todo, la mención de su nombre no era demasiado vana: el equipo económico, cuya incoherencia fue a menudo visible, se hallaba en franco resquebrajamiento; leyenda o influencia, el ingeniero Alsogaray aparecía mezclado en la crisis (13/14).
• Hasta ahora no se había levantado en Buenos Aires un censo prolijo de lo que miran los hombres en las mujeres argentinas. Un método que no por empírico resulta menos eficaz sirvió, la semana pasada, para detectar esa forma de erotismo: durante una tarde entera, una modelo de 19 años, paseó cuatro veces por el área de Corrientes-Florida-Lavalle-Esmeralda, y cosechó 23 piropos; 18 estaban dedicados a porciones anatómicas. Pero cada calle ofrecía su propio estilo para el asedio. A la vez, se esbozó un ranking entre 40 hombres, de 0 a 40 años, sobre sus debilidades respecto de la mujer (págs. 40/42).
• Cada día es más reticente la posición argentina en materia de integración económica internacional. Si hay un campo en el que ese fffán segregacionista resalta, es el de la siderurgia. Mientras los estudios de organismos internacionales (Cepal, Alalc) aconsejan alguna clase de complemeivtación en las inversiones, destinada a ampliar la capacidad productiva del acero entre los países latinoamericanos, desde Buenos Aires —y en particular ppr boca de los militares— esa tesis es rechazada, aunque se apoye en razones de mayor eficiencia productiva y de menores costos. ¿Por qué? Ver págs. 57/58.
• Dos conferencias-cumbre buscaron la semana pasada, por distintos caminos, la paz en Vietnam: en Belgrado, Osiris Troiani las evahia a través de los esfuerzos del Presidente Tito, uno de los mayores protagonistas —junto a Lyndon Johnsqn— de esos cónclaves (25/26). Silvia Rudni, en París, relata la liturgia de una reunión de prensa del general de Gaulle (pág. 29). Y dos testigos occidentales narran, en la página 31, su experiencia frente a los Guardias Rojos del mariscal Lin Piao. Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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