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Año IV Buenos Aires, 8 al 14 de noviembre de 1966 Nº 202
CARTA AL LECTOR
Desde mediados de octubre, cuando quedó completado el gabinete —excepto el Ministro de Defensa—, se habla en la Argentina del mensaje que el Presidente dedicaría a la obra cumplida hasta hoy por su Gobierno y a los próximos pasos. Que su lectura haya sido trasladada a diez días después de la fecha prevista, y que el discurso fuera dividido en dos partes —la segunda de las cuales se conocerá también en noviembre— eran síntomas exteriores de la trascendencia que el Presidente y sus colaboradores otorgaban al documento. Quizá la opinión pública exageró los alcances del mensaje, quizá el Gobierno terminó prisionero de una expectativa insólita; lo cierto es que a cuatro meses de las iniciales definiciones de Onganía, el 9 de julio, en la Casa de Tucumán, sus palabras del 7 de noviembre despertaron una ansiedad que ninguna de sus otras exposiciones había conseguido (ver páginas 12/14).
• En el noveno piso de la Secretaría de Asistencia Social y Salud Pública, a unos pocos pasos de la Casa Rosada, culminó hace una semana la primera parte de un ambicioso operativo, esta vez menos espectacular, aunque no menos complicado que los que tantas frustraciones acarrearon en las últimas cuatro décadas. Si la reforma hospitalaria sigue siendo un sueño vano, podrá saberse en un futuro inmediato. Que la larga agonía de los hospitales argentinos siga repercutiendo sobre profesionales y enfermos asume, mientras tanto, las dimensiones de un crudo, desesperante desafío. Al borde de un nuevo intento por dotar a los hospitales de una mentalidad técnico-empresaria, el informe redactado por Oscar Caballero constituye una puntillosa vivisección de las remoras que ahora traban su funcionamiento, un cuadro dantesco (págs. 40/51)
• "Yo no descubro nada, explico cosas que están en el aire, pero que el espectador común no conoce porque no sabe qué es lo que hay que ver y cómo verlo." Quince días atrás, Argentino Geronazzo resumía de este modo, en la redacción de Primera Plana, las razones de aparición de su libro Cómo ver un partido de fútbol. A partir del presente número, tiene un ámbito más para explicar y ayudar al público a entender: las columnas de esta revista. En ellas, el primer teórico del fútbol argentino en nuestros días explicará aspectos del juego que, por lo general, pasan inadvertidos a los espectadores. El martes pasado, Geronazzo presenció los partidos de los dos seleccionados, y hoy los analiza en la página 58. Una coincidencia: el resto de la sección Deportes es ocupado, esta vez, por las declaraciones de un colega y ex compañero de Geronazzo, el director técnico de Estudiantes de La Plata, Osvaldo Zubeldía. Desde que, a comienzos de año, se desvinculó de la selección nacional, Zubeldía dice qué piensa de su separación, de lo que hicieron sus sucesores y de lo que debiera hacerse en un seleccionado estable (págs. 56/59).
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR
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