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Año V Buenos Aires, 13 al 19 de diciembre de 1966 Nº 207
CARTA AL LECTOR
Es la tercera vez que Julio Rodolfo Alsogaray, un oficial de Caballería egresado en 1937, ocupa la portada de esta revista. La primera fue en el N' 78, el 5 de mayo de 1964, cuando el caso de los guerrilleros de Oran
exigió su intervención como director de la Gendarmería Nacional. La segunda, en el Nº 187, el 26 de julio último, tuvo que ver con su fugaz interinato como Secretario General de la Presidencia; en esa tapa figuró, también, su hermano Alvaro, a quien el Gobierno acababa de designar Embajador Extraordinario. Ahora, el general Alsogaray se reintegra al gabinete en calidad de Comandante en Jefe del Ejército.
Desde 1964, los fines de año parecen proclives a las crisis militares; en diciembre, dos años atrás, era separado del Ejército el general Carlos Jorge Rosas; en noviembre de 1965, el general Onganía, en discrepancia con Illia, pidió su retiro. La semana pasada, una nueva discrepancia entre el conductor del Ejército y el de la Nación desemboca en el alejamiento de Pascual Ángel Pistarini.
El episodio —no podía ser de otra manera— superó sus cauces naturales, hasta extenderse a otros sectores, junto con una ola de interpretaciones y suspicacias. Los políticos, desterrados por el Gobierno, y más activos que nunca, vieron en el cambio de Comandante una esperanza (páginas 14/15); los gremialistas, entregados a la preparación de la huelga general de 24 horas, amainaron su virulencia a ía espera de novedades (págs. 18/20). Por encima de ellos, la salida de Pistarini era un tema en sí mismo (págs. 12/14) y un símbolo de las contradicciones básicas del Gobierno (pág. 11).
• Nunca como este año los líderes de la Unión Soviética se empeñaron en que las demás naciones comunistas se pusieran de parte suya en la guerra ideológica contra la China de Mao Tse-tung. Nunca, quizá, se estrellaron contra una negativa tan firme como la que oponen los dirigentes de Rumania, encabezados por el fogoso secretario general del PC, Nicolae Ceausescu. A mediados de octubre, un redactor de Primera Plana, Osiris Troiani, visitó Rumania; hoy, en las páginas 26/28 explica cómo y por qué los jefes del antiguo satélite le han perdido el miedo a Moscú.
• En Pinewood, unos 4.000 kilómetros al este del lugar donde nació, agoniza James Bond. Vivió lo que debía vivir —unos 14 años—, pero ya tenía las piernas flojas cuando murió su padre, Ian Fleming, ex espía de la Marina británica. Fue en Jamaica donde a Fleming se le ocurrió crear a Bond; es cerca de Londres donde su único heredero, el actor Sean Connery, está matándolo en este momento. Para asistir a tan prodigioso funeral, que cuesta 6 millones de dólares, viajó Silvia Rudni, corresponsal de Primera Plana, desde su sede habitual, París. Observó durante dos días la filmación de You Only Live Twice, que dirige Lewis Gilbert, y recogió del propio Connery la noticia de que éste es su quinto y último Bond. Lo abandona para intentar, en Hollywood, una metamorfosis menos alucinante: la que hará de él un realizador de cine. Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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