Año VI - Buenos Aires, 13 al 19 de agosto de 1968 - Nº 294
CARTA AL LECTOR
En agosto de 1966, Alvaro Alsogaray regresaba a Buenos Aires luego de una gira internacional como heraldo del Gobierno recién instalado. En el mismo avión venía Edwin Martin, entonces Embajador de los Estados Unidos, cuyo retorno —luego de sus desembozadas gestiones en favor de Arturo Illia— pocos creían posible. Dos meses más tarde, el ingeniero Alsogaray desandaba el camino hacia Washington, para presentar sus cartas credenciales al Presidente Johnson, en la Casa Blanca.
La semana pasada, la aceptación de su renuncia al Servicio Exterior coincidía, curiosamente, con la llegada a Buenos Aires del sucesor de Martin, el empresario y militar retirado Carter Lane Burgess. Entre uno y otro episodio corrieron dos años; lejos de la Argentina, este desbordante político que perteneció a seis de las últimas Administraciones nacionales (Perón, Lonardi, Aramburu, Frondizi, Guido, Onganía) siguió ejerciendo su predominio sobre la actualidad, como si nunca se hubiera ido de su casa, en la calle Riobamba, o sus oficinas de San Martín 50.
Sus opositores no cesaron de acusarlo de tramar, con el Departamento de Estado y el Pentágono, una mayor sumisión de la Argentina a los Estados Unidos, y una pronta convocatoria a elecciones generales que clausuraran el proceso abierto en junio de 1966. Jerarcas del Gobierno también se ensañaron con Alsogaray, fastidiados por su liberalismo y sus desplantes, dos condiciones que le valieron un sermón del propio Onganía. Sin embargo, ni sus enemigos ni el Gobierno, del que aún forma parte, se detuvieron a considerar que su trabajo en Washington, como diplomático, ha sido eficaz y valioso para la Nación.
Tanto deterioro precipitó su voluntario alejamiento (que habrá de combinarse, al parecer, con el de su hermano Julio, el Comandante del Ejército). También, la sensación o la certeza de que el combate político para instaurar un nuevo régimen, o legalizar el que ahora ejerce el poder, se acaba de perfilar. La "pausa electoral" está por clausurarse, sospecha Alsogaray tentado por las urnas. Una vez mas vuelve a ser noticia y portada, la cuarta, de esta revista (página 13).
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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