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Año VI - Buenos Aires, 3 al 9 de setiembre de 1968 - Nº 297
CARTA AL LECTOR
Desde hace meses, un libro monopoliza los comentarios de la clase dirigente en la Argentina: El desafío americano, de Jean-Jacques Servan-Schreiber, reseña del espectacular,avance de las inversiones norteamericanas en el continente europeo. Pero no sólo para conocer esa ofensiva es frecuentado; quienes también aquí lo hicieron best-seller (en Francia vendió 500.000 ejemplares y en el resto del mundo otro tanto) lo relacionan con un fenómeno que viene ocurriendo en este país, sigilosamente, desde 1962, y con más estruendo en el último año; la compra de empresas privadas en funcionamiento por capitales extranjeros.
Como es natural, ambos fenómenos difieren y de ninguna manera es posible tomar a Servan-Schreiber —por otra parte algo desactualizado a causa de un cambio en la corriente de los capitales internacionales— al
Eie de la letra, Julián Delgado, asesor de la Dirección de Primera Plana, había advertido la oportunidad de reexaminar el problema, con datos tomados de la realidad argentina, y comenzado a recopilar antecedentes con el destino presunto de un volumen que vería la luz recién a comienzos de 1969. Como suele suceder en periodismo, un cónclave permitió descubrir que —en coincidencia con el Día de la Industria— había llegado el momento de abordar el tema, con amplitud, en estas columnas. Todo se precipitó: Delgado, a quien secundaron dos colaboradores, tuvo que convertir sus materiales, durante sólo dos semanas, en el informe periodístico más largo de la historia de Primera Plana; desde luego, la extensión no es un mérito sino, en este caso, una necesidad. Las urgencias de la entrega obligaron a trabajar con cierta premura en el acopio de datos, y no puede menos que advertirse al lector que los cuadros básicos de la investigación local —el ranking de las 50 grandes empresas y la nómina de transferencia de activos— contienen un margen de omisiones y errores que, esperamos, sea mínimo. Esta Carta se encabeza con un dibujo de Kalondi, que su fina intuición adelantó: cuando se le encargaron las ilustraciones para la nota y la portada, explicándole cuál iba a ser el tema, respondió: "Está bien; ya lo tengo. Yo sabía que tarde o temprano me lo iban a pedir".
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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