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Año VII Buenos Aires, 19 al 25 de noviembre de 1968 Nº 308
CARTA AL LECTOR
Fue hace ya seis años: la edición número uno de Primera Plana salía a la calle con el rostro de John Kennedy en la portada; el Presidente de los Estados Unidos, al zanjar la crisis de los misiles cubanos, acababa de obtener la máxima victoria de su gestión. Entre los artífices de ese triunfo, amasado a expensas de Rusia y de la paz mundial, estaba un hermano del Presidente: Robert Kennedy, Secretario de Justicia.
Las circunstancias quieren que hoy señalemos nuestro sexto aniversario con algo así como un regreso a las fuentes: se trata del extenso, conmovedor testimonio de Robert Kennedy sobre el episodio de los cohetes. Terminado un año atrás, el entonces Senador confinó este relato a sus archivos: al filo de una ruda temporada electoral, temía que su divulgación fuese vista como un gesto de propaganda política.
Ocho meses después, en junio pasado, Bob se reunía con su hermano bajo la misma tierra del cementerio de Arlington; el artículo entraba, de ese modo, en la categoría de los grandes dpcumentos, de las piezas históricas invalorables: la revista McCall's pagó un millón de dólares para revelarlo al público norteamericano. Primera Plana debía esforzarse por brindarlo a sus lectores; "Los trece días desesperados", cuyos derechos para América latina —excepto Brasil y México— hemos adquirido en exclusividad, se publica ahora en las páginas 37/84.
Pero no es ésta sino una reiteración de nuestros objetivos: ofrecer el más amplio y eficaz servicio periodístico del género. La persistencia de Primera Plana en un mercado que ella inauguró, su liderazgo en ese campo, son dos pruebas contundentes de que lectores y avisadores —únicos sostenes de nuestra actividad, conviene repetirlo— aprueban la enjundia del esfuerzo desarrollado, un esfuerzo que a partir de ahora deseamos expandir, orgánica y vigorosamente, hacia el resto del hemisferio (ver página 5). Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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