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Año VII Buenos Aires, 14 al 20 de enero de 1969 Nº 316
CARTA AL LECTOR
No se recordaba, en los últimos años, una situación igual: si Buenos Aires había ganado fama con los baches de sus calles, entre diciembre y enero los orígenes de esa fama se multiplicaron de manera alarmante. El sol y las lluvias parecieron ensañarse, más que nunca, con los pavimentos; el gas, la electricidad, los teléfonos y las demoliciones dejaron poco espacio para obstruir. Que la mayor ciudad de América del Sur está en crisis, es un hecho amparado en otros síntomas menos exteriores.
La semana pasada, mientras el Intendente Manuel Iricíbar se bañaba en Mar del Plata, sus colaboradores defendían a la Municipalidad, esa gigantesca maquinaria que acciona sobre la vida y la muerte de los habitantes, sin exagerar sus recompensas. Los funcionarios comunales se escudan tras la falta de fondos: el Presupuesto, que acaban de elaborar, no supera los 75.000 millones, de los cuales apenas 20.000 se aplican a inversiones. Sin embargo, poner al día la Capital cuesta unos 500.000 millones, lo que supone un plan decenal que el Gobierno, orientado hacia las provincias, no está dispuesto a realizar (pág, 13).
También se hallaba en crisis, la semana pasada, el máximo torneo futbolístico del hemisferio: la Copa Libertadores de América. Razones económicas abonaron una controversia que enfrentó a la Argentina y Brasil con otros países, alrededor de una opción de hierro: la gloria deportiva o el quebranto financiero. En las páginas 50/51, cuatro jerarcas del fútbol local se pronuncian -con una agresividad inusitada- acerca de este zafarrancho que determinó el retiro de Vélez y River; José Amalfitani acaso dio la mejor definición: "La Copa es una utopía".
Para Carlos Lacerda, en cambio, no es una utopía seguir haciendo política: recién despojado de sus derechos cívicos —por los militares a quienes ayudó a tomar el poder hace cuatro años—, viaja ahora por Europa y volverá a Brasil en febrero; para reanudar su lucha. Lacerda mantuvo silencio desde los acontecimientos de diciembre 13; el jueves último decidió quebrarlo ante un redactor de este semanario (pág. 24).
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR

 

 

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