AÑO IX • Nº 412 • BUENOS AIRES, DICIEMBRE 22, 1970
CARTA AL LECTOR
El acelerado ritmo de los acontecimientos que se precipitan sobre el país parece prolongarse hasta épocas de festividades que, en años anteriores, marcaban el comienzo de la pausa estival.
No es fácil predecir si ahora ocurrirá lo mismo. Por lo pronto, la salida del brigadier Salas del Estado Mayor Conjunto y la presencia en el mismo del general Carcagno abren algunos interrogantes, cuyas posibles respuestas se analizan a partir de la pág. 14. También el caso Aramburu, producido el fallo judicial, continúa como capítulo abierto para hipótesis y dudas que, en última instancia, la investigación policial no ha sido capaz de esclarecer (pág. 17)
Pero otros quehaceres, otras inquietudes, siguen eslabonando la marcha del continente, el sutil ordenamiento de los hechos que hacen, en definitiva, las cronologías perdurables. Una extensa nota de Osiris Troiani, escrita desde Cartagena, sirve para presentar al joven escritor Germán Espinosa y su mundo, poblado todavía de las barrocas y legendarias imágenes que desfilan en Los cortejos del Diablo, una novela que conocerá pronto el público argentino y que se suma a las grandes obras de la moderna literatura de Latinoamérica (pág. 48). Más adelante, Rodolfo Arizaga nos introduce en el fascinante universo sonoro de Oliver Messiaen (pág. 54), y hacia el final desfilan, estrepitosos, algunos textos de ese torturado y estupendo irlandés que se llamó Dylan Thomas.
Hasta la semana próxima. EL DIRECTOR
|