AÑO IX • Nº 413 • BUENOS AIRES, DICIEMBRE 29, 1970
CARTA AL LECTOR
Las ansias salariales revivieron y se ahogaban, la semana pasada, a la expectativa del acuerdo negociado entre Ferrer y los dirigentes de la CGT. Los magros arbolitos navideños de los trabajadores argentinos esperaron infructuosamente. El por-ciento que la conducción económica permitirá a nuestras desfallecientes finanzas quedó postergado para hoy.
Desde San Luis —su terruño—, Roberto Marcelo Levingston anunció las pautas de un ambicioso quinto Plan Nacional de Desarrollo. El Presidente intenta compensar las críticas políticas que se le formulan a la Revolución Argentina, enfatizando obras y proyectos de infraestructura para posibilitar el "despegue".
Una vez más, deambulamos entre falsas alternativas: soluciones económicas para los problemas políticos o salidas políticas para encrucijadas económicas. La síntesis integral queda postergada para mediados del año que viene, en que han de conjugarse ambos aspectos de una misma realidad nacional.
Lo cierto es que la tradicional paz navideña no representó el símbolo del año que nos ha tocado vivir: agitado por disentimientos militares, conflictos estudiantiles, rivalidades gremiales, huelgas, puebladas, raptos y asesinatos políticos. Si bien debe computarse como cuota de relampagueante optimismo el impulso dado durante su transcurso a obras como El Chocón o Zarate-Brazo Largo —tal vez las más ambiciosas encaradas durante los últimos años—, éste, el vivido en 1970, no es un ejemplo del país que todos queremos:
Feliz 1971. EL DIRECTOR
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