|
AÑO IX • Nº 420 • BUENOS AiRES, FEBRERO 16, 1971
CARTA AL LECTOR
El más publicitado y controvertido de los Ministros de Levingston tuvo que alejarse del Gabinete. Se lo pidió el Presidente, ejerciendo las prerrogativas de su cargo y obedeciendo a un criterio que aviva el fuego de las conjeturas y deja libre el camino para arriesgar las hipótesis más diversas. Los acontecimientos de esta semana es probable que aporten evidencias esclarecedoras sobre el difícil proceso que afronta el país, sujeto a las contradicciones de las doctrinas y a los visibles deterioros que le prodiga la realidad. ¿Dónde está la salida? El doctor Raúl Matera, en una colaboración exclusiva para primera plana que continúa la serie iniciada en el Nº 416, aporta su respuesta proclamando que el país necesita "una revolución y no un golpe de Estado" (pág. 11).
Otras regiones de América viven también alternativas difíciles. Desde hace pocos meses es Chile el que atrae las atenciones mayores, convertido en un objetivo simultáneo de turistas y redactores que tratan de hurgar en la evolución de ese cercano ensayo marxista. Belgrano Rawson, de Primera Plana, se sumó a esos viajeros, vivió su experiencia chilena y elaboró el informe que comienza en la página 44. Miguel Briante, en cambio, prefirió quedarse en Buenos Aires, soportar los caprichos de este insólito verano y entablar un largo dialogo con Adolfo Bioy Casares, de profesión escritor, uno de los pocos nombres que justifican a la literatura argentina (pág. 18).
Un testimonio distinto —dramático, aleccionador—, fruto de la soledad y el arrepentimiento, describe el alucinante abismo de las drogas, desesperada solución para eludir el compromiso de vivir (pág. 32).
Entre tanto, rodeado por el azul del Océano y empujado por los vientos, el Fortuna sumó otra hazaña a su gloriosa carrera. Es una historia que empezó hace más de veinte años y que Jorge Llistosella cuenta a partir de la pág. 66.
Hasta la semana próxima. EL DIRECTOR
|
