AÑO IX • Nº 428 • BUENOS AIRES, ABRIL 13, 1971
CARTA AL LECTOR
En la Rosada están jugando "a las visitas". El largo desfile se inició la semana pasada, culminando en cada caso con extensas declaraciones, con frases y conceptos que se vienen oyendo desde hace muchos años. Ni siquiera faltó el fin de fiesta fuera de programa, entre un periodista y un político a quien, más que la política, parece interesarle la publicidad y la polémica. Pero el invitado más esperado faltó a la cita: todavía no quiere jugar porque no sabe si el papá lo deja. En esa expectativa, en ese permiso, se han centralizado las atenciones mayores, con especulaciones que inclusive se formulan desde el exterior, anticipando la posibilidad de un pacto entre Lanusse y Perón, que sería la solución final de todos los problemas. Es, quizás, el optimismo propio de las celebraciones pascuales.
Ante tanto palabrerío, la gente mantiene su indiferencia y su ignorancia por el acontecer político. Sus intereses y su sentido de los valores —especialmente en el caso de la juventud— revelan pautas que pueden denunciar fallas educacionales o morales, aunque son también síntomas muy claros de que gobernantes, políticos y todo eso que se suele llamar "clase dirigente" han fracasado en crear una conciencia cívica y han defraudado ya a varias generaciones de argentinos. Que éstos prefieran formar largas colas para ver a Rudolf Nureyev parece mucho más justificado y saludable.
Hasta la semana próxima. EL DIRECTOR
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