AÑO IX • Nº 430 • BUENOS AIRES, ABRIL 27, 1971
CARTA AL LECTOR
El retorno de Perón es el tema del día. Cómo, cuándo y por qué son incógnitas para las que todavía no hay respuestas, sólo presunciones. Algunos exteriorizan su anticipada alegría, otros su rotundo rechazo y, posiblemente los más, un saludable escepticismo. Han pasado ya 16 años desde que el general depuesto se refugió en una cañonera paraguaya, para iniciar un exilio que encontró en Madrid su etapa definitiva. En ese lapso sucedieron muchas cosas, incluidas las guerras y miserias que inevitablemente afligen a la humanidad; desaparecieron y surgieron otros dictadores; China se convirtió en una temible potencia; los norteamericanos llegaron a la Luna; los rusos trabajan para establecer una gran plataforma espacial, y la ciencia avanza a pasos agigantados. En la Argentina se sigue hablando de Perón y del cadáver de Evita, el dólar vale más de 400 pesos, no hay Gobierno constitucional y comer carne es un lujo o una rareza. Son 16 años tirados a la basura, de los que internacionalmente sólo nos rescatan los nombres de Leloir y Borges, que no son políticos, ni militares, ni jugadores de fútbol. Detrás de toda esa frustración, el trabajo silencioso y mal remunerado de una mayoría de argentinos que todavía tiene fuerzas y coraje para pensar en mantener un hogar digno y brindar educación a sus hijos. Tampoco faltan los muertos, los que equivocados o no, manejados o libres, engañados o conscientes, afrontaron el minuto decisivo de jugar su vida y perderla.
¿Qué revolución, qué discursos, qué promesas, qué pacto, qué retorno podrán solucionar todo eso?
Hasta la semana próxima.
|