AÑO IX • Nº 453 • BUENOS AIRES, OCTUBRE 5, 1971
Es el mismo, aunque lo viertan a un idioma nuevo. El mensaje evangélico se actualiza hoy en Roma, durante un Sínodo que discute, a la vez, el máximo valor para la sensibilidad moderna —la justicia— y los problemas del sacerdote en este escenario (página 11). Lo que de allí salga, resonará acá especialmente en el corazón de quienes, siendo curas, se hallan más comprometidos con su sentido de lo justo: el Movimiento Tercermundista, tema del Informe Especial entre páginas 32 y 40.
Las "usinas psicológicas del golpismo", al decir de Troccoli, lograron su mayor éxito: esta semana convencieron al propio Gobierno que la apacible huelga de un inocuo Pepe Rucci (página 8) tenía graves connotaciones conspirativas. Brotaron, así, enérgicas represalias quizás inaplicables, mientras los caudillos cegetistas se aprestaban (una vez más) a negociar. Había, claro, nubarrones negros para el GAN. Pero se izaban en el cielo español.
La natación mundial tiene una élite. Se la encuentra, condensada, espléndida, en la Universidad de Indiana. Allí, un controvertido hombre maduro, James Counsilman, tiraniza a sus muchachos, les regala caramelos, los entrena, los lleva, de la mano, a saturar con records mundiales a un equipo al que difícilmente podría vencer otro, integrado con el resto del mundo. Sus comienzos, su historia, se develan en la página 62.
"EL dador de sangre que cobra es el germen del caos en el que se encuentra la hemoterapia argentina, aparte de la pobre organización que tiene." Lo afirma el médico Antonio Carlos Pesci Bourel, director del Banco de Sangre Luis Agote. El testimonio de una frecuente dadora establece una muda contienda con Pesci Bourel, acerca de la gratuidad con que la sangre es entregada a quien la necesita. Otro hemoterapeuta, Luis Mele, agrega motivos para la discusión (página 22).
A los 38 años, Edmund Valladares completó un especial knok out al boxeo: durante tres años reunió datos para estructurar su film inicial, 'Nosotros, los monos'. Así, ingresa en el cine a través de un ring, y da forma a una teoría no original, que comparte con algunos antecesores: el drama del boxeo no son aquellos hombres que en él mueren, sino los que abandona con vida, casi deshechos. Luego de ver el film, Eduardo Lausse aulló: "¡Esto no es el boxeo! Es sólo la parte negativa". Tenía razón las dos veces: Valladares se ensaña, pero no miente (pág. 46).
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