ANO X • Nº 467 • BUENOS AIRES, ENERO 11, 1972
CARTA AL LECTOR
El Presidente de la Nación descansa en Pinamar. Su Ministro del Interior más al sur. Ambos se preparan para enfrentar un año caliente, del cual han tenido suficientes anticipos en los pocos días transcurridos de 1972.
Tal vez a su regreso, el teniente general Lanusse esclarezca la validez de las versiones que comenzaron a circular sobre su renuncia antes de término (pág. 6).
Acaso haya elaborado una estrategia para satisfacer a la cgt en la nueva audiencia que él mismo propuso y de la que podría surgir otro cambio de la política económica (pág. 7).
Lo que es seguro es que no habrá innovación en la severa actitud adoptada por los organismos de seguridad contra los grupos subversivos y otros sospechosos (pág. 8). Con Lanusse o sin Lanusse, las Fuerzas Armadas están en operaciones.
Queda por saber qué actitud adoptará el Gobierno frente a quienes alientan públicamente a los sediciosos, como acaba de hacer Isabel Martínez de Perón (pág. 9).
También, cuáles son las posibilidades de hombres como Raimundo Ongaro, quien acaba de recuperar su libertad (en la pág. 12 se publica el primer reportaje que concedió al periodismo), para profundizar la tarea insurreccional que comenzó cinco años atrás.
Posiblemente, de los resultados que obtenga Ongaro dependa la continuación o no del arresto de Agustín Tosco, su socio cordobés (pág. 13).
La acción de ambos, y los próximos pasos de Perón en Madrid pueden ser decisivos, para un Ejército que la semana pasada efectuó su primer operativo antiguerrillero en el centro de Buenos Aires.
Hasta el martes próximo. El Director.
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