Llora su pueblo
DOLOR. La nota gráfica muestra por primera vez los restos del teniente general Juan Domingo Perón. su esposa acaricia sus manos instantes antes de iniciarse, desde Olivos, el cortejo que marchó hacia la catedral en medio de acongojadas columnas del pueblo. Ese pueblo a quien el líder justicialista dedicó su existencia y ahora llora su muerte como testimonio de que su imagen y su obra quedarán perpetuadas como vivo ejemplo de los postulados peronistas. Tras la misa de cuerpo presente, en la catedral, se inició el velatorio en el salón azul del Congreso
Crónica, única edición, martes 2 de julio de 1974
un
aporte de Héctor Álvarez
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