Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Revista Primera Plana

Revista Primera Plana
12 DE FEBRERO DE 1963
DIRECCIÓN JACOBO TIMERMAN
CARTA AL LECTOR
Una serie de comidas realizadas a partir de 1961 en la casa del comodoro Güiraldes, en Olivos, fueron consideradas por Mariano Grondona cómo el punto de partida de un amplio frente nacional. Sin embargo, nadie siguió de cerca la paciente labor diplomática que cumplió desde entonces el dinámico ex presidente de Aerolíneas Argentinas. Hoy, resulta visible que Güiraldes fue uno de los principales motores de una de las polarizaciones en que se está canalizando el electorado argentino (ver páginas 8 a 10). Pero también resulta visible que ese nucleamiento deberá sortear aún una serie de escollos, entre los cuales se cuenta el de otro dirigente político, Oscar Alende, que también está desarrollando una acción tesonera, aunque en sentido inverso. Dos líneas y dos estrategias aparecen así disputándose ahora a quienes sufragaron en un mismo sentido el 23 de febrero de 1958. (Ver página 6.)

* * *
"La foto de la semana" corresponde esta vez al general Charles de Gaulle, quien, después de vetar el ingreso de Gran Bretaña a la Comunidad Económica Europea y rechazar la proposición norteamericana de una fuerza nuclear multilateral, se lanzó decididamente a la ofensiva contra lo que él llama la "política anglosajona". En 48 horas de negociaciones, consiguió firmar una declaración política y un acuerdo militar con España, que se incorpora, de este modo, al concierto de la política europea. En estas circunstancias —cuando el gobierno de Washington trata de renovar los acuerdos hispano-americanos de 1953— el acto del presidente de Gaulle asume la apariencia de un movimiento hostil a la potencia rectora de Occidente. (Ver página 31.)

* * *
En los círculos bien informados, y aunque el gran público lo ignore, nadie duda de que se está operando un verdadero florecimiento de la actividad científica y técnica en la Argentina. Varias entidades internacionales se han apresurado ya a celebrar convenios de colaboración e intercambio de información con laboratorios y dependencias universitarias argentinas, en reconocimiento formal del valor de los avances científicos que aquí se realizan. Pero hasta ahora no se había dado el caso de que se recurriera a este país en busca de una especialidad poco frecuente entre los hombres de ciencia: una especialidad que, paradójicamente, consiste en no especializarse o, por lo menos, en no especializarse demasiado, hasta el punto de perder la visión de conjunto del campo de investigación de que se trata. Es decir, no se había pretendido todavía que la Argentina proporcionara ciertos hombres que, hasta el presente sólo eran debidamente preparados en los centros culturales más evolucionados: se trata de los ejecutivos científicos, esto es, de los investigadores y eruditos capaces de dirigir, coordinar y dar un sentido de integración con el todo a los trabajos de distintas ramas y especialidades de la ciencia. Por fin, en la pasada semana (ver página 23) un sabio argentino ha recibido una importantísima designación para desempeñarse en uno de esos cargos ejecutivos en un organismo internacional cuyo vertiginoso objetivo es, nada menos, la compilación, clasificación e integración de toda la información científica de que dispone en estos tiempos la Humanidad.

* * *
¿Tiene "arreglo" Buenos Aires? Un grupo de jóvenes urbanistas argentinos, recientemente premiados por su trabajo, piensan que sí. Ellos, tal como se explica en las páginas 20 a 22, creen que es económica, social y urbanísticamente viable una remodelación de la City porteña, cuyo resultado más superficial sería dar a esta ciudad el aspecto de una metrópolis del futuro, con calzadas sobreelevadas, puentes estilizados, gigantescas torres de estacionamiento, bellos jardines, calles pacíficas, destinadas sólo a los peatones, y avenidas sin "sorpresas", destinadas sólo a los automovilistas.

Hasta el próximo martes.
EL DIRECTOR

 

siguiente en la sección