Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
TESTIMONIOS La cualidad de los héroes CHE GUEVARA, Años decisivos, por Hilda Gadea. Aguilar, México, 1972, 274 páginas. |
![]() Vas a morir, vieja María; / Treinta proyectos de mortaja / dirán adiós con la mirada, / el día de éstos que te vayas. / Vas a morir, vieja María, / quedarán mudas las paredes de la sala. Este fragmento pertenece a uno de los poemas que incluye el libro de Hilda Gadea, compuesto por el Che en homenaje a una enferma que atendía en un hospital guatemalteco y que sufría de asma como él. Un precioso documento lo constituyen las cartas que el revolucionario argentino envió a sus hijos, en especial a su primera hija, Hildita, en las que conjuga una reprimida dulzura, una observación precisa del país que visita, con ese modo de despedirse siempre de todos tan particular en el Che. Desde Arabia Saudita escribe a su hija Hilda Beatriz diciéndole que este reino es una '‘tierra de caballos y petróleo”. Cuando llega al África, presencia "el baile religioso de una tribu de gente muy altiva que ha luchado siempre por su libertad”. En octubre de 1967, su hijita Hilda recibe una carta histórica: "A mis hijos queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto: "Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes. Casi no se acordarán de mí, y los más chiquitos no recordarán nada. Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones. Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. "Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario. Hasta siempre, hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá.” Fidel Castro señaló, en ciertas ocasiones, la gran humanidad del Che. Este trabajo de Hilda Gadea recobra al Ernesto Guevara inmediato, en la Guatemala invadida por Castillo Armas, cuando ya para el médico argentino era verdad aquello de que el pensamiento debe ir siempre unido a la acción. ♦ M. A. B. Revista Panorama 24/05/1973 |