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Merluza a la vasca - Aspic de chauchas - Cazuela de ternera - Copas de frutas - Mejillones a la provenzal - Riñón a la parrilla -Arvejas en caldo

Mientras disfruto del pan dulce que mi sobrina me preparó (saquen las manos de ahí que se las corto! Ni la pantalla toquen!), y entre mate y mordida leo que allá por mayo del '68 se preguntaban, entre otras cuestiones, si la televisión era enemiga del niño y por qué los militares seguían en el poder. A veces las tapas de las viejas revistas son tan... (agregue algún epíteto apreciable). El cordobés Antonio Seguí cantaba la Marcha de San Lorenzo rodeado de celebridades en una de las aperturas de sus exposiciones mientras gases lacrimógenos matizaban un acto de la CGT de Ongaro y Juan Carlos Coral (distinguido alguna vez como "candidato de los hippies") era detenido por los disturbios en acto del Primero de Mayo, allá por La Matanza ¿ubican la zona?, buehh n'importa, en el resto del país era parecido el tema de los arrestos para esas fechas, los bastones rebotaban en las cabezas y hacían el mismo ruido en un pelado que en un melenudo. Y hablando de rebotes, en otros lares rebotaban tratando de imponer la venta de cierto brincador con forma de globo; los que no rebotaban eran los inmigrantes chilenos que no eran muy bien vistos por la prensa nacionalista. Prácticamente los consideraban un riesgo; era la época de aquellos "hay que poblar la Patagonia" (pero pocos iban y el fomento no llegaba). Otelo Borroni y Roberto Vacca sacaban notas en revistas y planteaban que había una generación "quieta" que solamente miraba televisión, digamos que tenían once o doce años y miraban Daniel Boone, Los invasores, Viaje al fondo del mar, Flipper, Jardilín, El Club de Hijitus, El circo de Marrone, sin dejar de atender a Astroboy, Los tres chiflados o al Capitán Piluso junto a su amigo Coquito (Humberto Ortíz). Y la gente... siempre la gente... ayyyy diossssssss ¿por qué inventaste a "la gente"?... la gente se quejaba (deporte nacional por entonces) que los chicos terminarían hablando del tipo "Oye cariño, aparca tu carro en la gasolinería y ten cuidado que los niños están jugando a las cañicas". Desde un lugar más cultural (¿?) el uruguayo Horacio Ferrer ofrecía su romancero Canyengue "... ella bufa como carancanforio que enhebra verdolagáticos cromos". Es decir que entre el lunfardo y las odiosas traducciones de series, sumados a los gritos maternos "sunabarbaridàloquestanlascosas!" después de los mandados, a los pibes no les quedaba otra que comer. Y eso haremos estas semanas. Coman!! que el país necesita que la gente morfe. No dejen de comer, dejen las culpas atrás y la barriga adelante. Morfen más. Hace falta que coman, están todos delgadísimos, sino miran las fotos de facebook... todas flacas escuálidas y flacos insípidos. Consuman calorías que lo ligth es un verso de satanás, una mentira más del imperialismo yanki, un excremento del emporio mediático. Coman con prudencia, o sin ella, con Matilda o con quienes quieran... con ganas o sin ganas.... con o sin subsidio... ¡pero coman!.
Buehhh... para los excedidos consideren realizar las siguientes recetas de bajas calorías.

Merluza a la vasca: Corte dos cebollas chicas en rodajas muy finas y póngalas en una terrina hasta que tomen un color trasparente. Agregue entonces dos o tres lonchas de merluza previamente limpias y salpimentadas. Tape la terrina y deje cocinar removiendo de vez en cuando con una cucharada de madera. Aparte, haga hervir ligeramente doscientos gramos de tomates; quíteles la piel y las semillas y páselos por tamiz. Añada esto a la preparación anterior junto con el jugo colado de un limón. Espolvoree todo con pimentón y sirva caliente.

Aspic de chauchas: Remoje una cucharada de gelatina en polvo en media taza de agua fría. Agregue una taza de agua hirviendo mezclando bien hasta que esté bien disuelta. Añada una cucharada de cebolla rallada, sal y deje enfriar. Cuando empiece a tomar consistencia agregue una taza y media de chauchas hervidas y picadas finas. Vierta todo en un molde mojado y deje enfriar en la heladera. Desmolde sobre hojas de lechuga.

Cazuela de ternera: Corte en dados medio kilo de carne magra de ternera; lave y corte en rodajas el corazón de un apio tierno; corte una berenjena en trocitos y póngala en agua con sal para quitarle el amargo; pique bien finita una cebolla y prepare medio litro de caldo de carne desgrasado. Ponga la cebolla en una cazuela con un poquito de caldo y deje el recipiente destapado mientras cuece hasta que el líquido se evapore. Añada la carne y sazone. Rehogue todo muy bien y agregue la berenjena y el apio. Vuelva a poner caldo, tape y deje cocinar media hora. Añada dos tomates sin piel y sin semillas, el resto del caldo y una hoja de laurel. Cocine veinte minutos más. Cuele la salsa. Sirva la cazuela en un recipiente y la salsa colada en otro.

Copas de frutas: Corte en daditos un pomelo, una naranja, una manzana y dos mandarinas. Aparte, hierva doscientos gramos de ciruelas secas durante una hora y media. Endulce con azúcar dietético y deje enfriar. Disponga la compota en copas de champaña, cubra con una capa de fruta, añada el jugo de ésta y una cucharada de crema de leche en cada copa.

Mejillones a la provenzal: Ponga medio kilo de mejillones en una cacerola tapada. Quítele las valvas. Aparte, hierva en medio litro de agua dos tallos de apio, una cebolla chica cortada, una zanahoria rallada, medio vaso de vinagre, sal y pimienta, durante quince minutos. Añada los mejillones y deje hervir diez minutos más. Sírvalos con el caldo.

Riñón a la parrilla: Corte a lo largo dos ríñones; despójelos de la piel y la grasa, espolvoréelos con sal gruesa y déjelos una hora. Lávelos, séquelos y póngalos a la parrilla o al horno fuerte durante quince minutos. Evite cocinarlos con exceso.

Arvejas en caldo: Hierva medio kilo de arvejas. Aparte, mezcle a una taza de caldo desgrasado, una cucharada de fécula de maíz; deje semiespesar; añada el jugo de un limón y sirva con las arvejas.


(recetas y referencias históricas extraídas de la revista Siete Días Ilustrados de mayo del 68)

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