Mensajes para contar

Hola Abril
¿contar algo? bueno, había una vez una niña que pedía muchas cosas, pero no le daban satisfacción, esas cuestiones que tienen las princesas, a quienes por más que le den no dejan de extrañar lo que no poseen, esto es a todas luces (bajas las luces) un buen blues,de la calle obvvpiamente, esos que se puedan recorrer en un empedrado un día de lluvia, ahí mismo donde la luna esconde los reflejos de nuestros cantos agoreros y se guarda las sombras de quienes intentan refugiarse en puertos un tanto más seguros, que una calle solitaria un jueves cualquiera. Otros puertos más confortables, que los que da el simple recuerdo de los que se visitaron con aquellos fantasmas que, ya sin vibraciones, no dejan que la miseria de los carteles le vendan la felicidad en unas noventa guitas. Que lo parió, noventa guitas y está todo al alcance de la mano. Si parece que el recorrido es así de sencillo. Claro que la cosa no cuaja muchas veces, sobre todo cuando la angustia, dueña y señora, portera quejona de la infatigable rutina te da por vencido (eso cree ella); o por los rumores de hallar apenas un hueco, traslúcido y frío; sin encontrar a cambio siquiera una cadena de reflejos que penetren los ojos, curtidos y desencantados. Y, encima de todo, los mensajes que no llegan. Puta botella sin cuello ha resultado la angustia. Si pareciera que ya no hay destino.
Maldito jueves. Me acuerdo, y no porque fuera placer, cuando una sola caminata tenía sabor a futura nostalgia. Era placer recorrer esa calle, aunque la humedad se hiciera carne que después iba a ser olvido, desencuentro y huella que buscó algún otro refugio seguro como esos tumbados que no levantan la vista.
A veces pienso, cuando miro a la ciudad, más un ente, que ese montón de edificios que parece ser, a veces pienso, digo,  que la cosa no es justa. No es justo que brille un lustrado traje de adoquines, si no hay una luna que nos recuerde. Si no hay quien ya la camine despacito, al susurro nomás un jueves cualquiera. La verdad que la ciudad no se merece ni nuestros recuerdos ni nuestras risas, si en algún momento no supo guardar la sombra de un par de hermanos, corriendo por la calle. Si ni siquiera conservó el mensaje de los que soñaron sin llorar. Si la puta ciudad no hace otra cosa que orinar miseria a noventa guitas la lata.

Tito demoron

 

Los Fabuladores

Estimados

Siempre admiré la capacidad qeu algunas personas tienen para entablar discusiones por el sólo hecho de que esto no sea más qeu un ejercicio intelectual.
Y cuando me puse una vez, a escribirles, hace un poco más de un año, los primeros Hablemos...., en realidad soñaba con una situación qeu en la vida real no podía llegar a concretar.  "..una mesa de madera de cualquier bar, cuatro o cinco cafés, y cuatro o cinco jugadores de póker, devenidos en discutidores de fóbal..".  Y realmente al pensarlo se me iluminaba la cara. Si bien hay veces tuve cierto contacto fugaz con estas situaciones, nunca pude juntar a dos o más de estos personajes, difíciles de encontrar, pero
qeu siempre transitan los más renombrados bares de Capital y GBA.
De rostro cansino, bigotes grandes qeu tapan cualquier amague de sonrisa, mentirosos, fabuladores, pero por sobre todas las cosas, memoriosos y apasionados.
Alguna vez me pareció escuchar, de una mesa cercana, algo parecido a esto (lo que sigue traten de interpretarlo como de quien viene)
"...Ud. habla por desconocimiento, pero sin ir más lejos, los juveniles de Uruguay practican la chilena, sino vea al Enzo.  Ud. cree qeu es un caso aislado?..."
"..mire, ahora qeu ud. lo dice, hago memoria y la jugada del Gol a Polonia en Mar del Plata, se la vi hacer en el final del campeonato contra Rosario, pero Morresi la agarro medio mordida y por eso no le llegó con la comba necesaria.."
"..mire, el Pato Morresi, ya en las inferiores de Huracán, desbordaba y tiraba el centro combado al borde de la media luna, buscando alguien qeu interprete, no un cabezazo, sino la jugada perfecta.."
"...si, pero cuánto tiempo tuvo que esperar, hasta qeu apareciera el Príncipe.   Además estudiaron qeu los zagueros polacos siempre iban a buscar el pelotazo frontal, porque allá nunca se desborda, y zasss, centro atrás..."
"..lo qeu es el destino.  Esperar quince años para tirar un centro.  Pero qué centro!!!"
Me tuve qeu levantar para ir al baño, y a la vuelta solamente vi una pareja acaramelada ocupando tan sabia mesa del bar.  Cerré varias veces los ojos, y otras tantas los volví a abrir, y nada cambió.  Solamente conseguí una sonrisa, la misma del Enzo en ese verano del ochenta y tantos.....
Riki

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

CRÓNICAS NACIONALES

Aquí comienza la historia: Eva Perón
Azules y colorados: los tanques en la calle
Todo el mundo al cine
Lopecito, el brujo
Pero qué pasa en el Beagle
Paino - Conti: Triple A
La herencia de Juan B. Justo
El Circo Criollo
Dios y el socialismo, Padre Mugica

 

Un cantor que no fue

Me hubiese gustado ser cantor de blues. Pero cuando vi el pliego de Bases y Condiciones me di cuenta qeu no reunía los requisitos mínimos exigidos
" Debe saber el aspirante que , quien dice cantar, lo que en realidad hace es vomitar al otro todas sus penas, digamos... con cierta cadencia qeu pareciera a veces, música"
"Y como el sable qeu supo resistir casi hasta partir su alma, el rigor del mas brutal de los fuegos para templar su esencia, el cuerpo, en este caso el
del cantor, se va curtiendo a fuerza de golpes durante mucho tiempo, hasta que todas esas historias deben transformarse en canción"
"Y brotan todas de repente, notas ásperas, cargadas de desamores y desencantos, hay veces en hilos de voces casi imperceptibles para los oídos humanos, pero sonando como locos en los corazones de los ocasionales escuchas"
"y deberán haber guitarras qeu aúllen cada noche como anunciando cada vez mas desdicha.  Y seguramente compases de parches presagiaran aun mas golpes sobre el alma del cantor.  Y las luces cada vez serán menos, y las pupilas serán cada vez mas grandes y mas negras.  Y el humo y el alcohol atenuaran excitaciones, si hubieran, para que la piel permita entrar una a una las
corcheas directamente a las venas, despacio....sin saturar... doliendo a rabiar"
"no esperara a cambio paga alguna, el cantor.  Tampoco audiencia.... si su destino es acompañar a las almas afectadas crónicamente, a los que ya
perdieron un lugar agradable en este mundo."
Y sigue, y sigue interminablemente, escrito en un libro sin tapas y sin
numero de pagina.  Y cada hoja que con su espiral se ata a la siguiente y también a la anterior, es la primera, y también la ultima, ya que en realidad la ultima no existe.   Y la primera tampoco.  Es un manual de Blues.
Puta.  Quise ser cantor de blues, y recién me vengo a dar cuenta qeu tampoco puedo escuchar blues.  Todavía no estoy preparado.
Riki

 

 

 
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