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El domingo 8, en la serranía de Higuera, durante un combate con 150
"'rangers" bolivianos entrenados por los Estados Unidos, murió el comandante
Ramón, es decir Ernesto "Che" Guevara. Tenía siete vidas, según aseguraba
riendo a su madre. Parece que las gastó todas con las armas en la mano, y que esta vez es
cierto que el inasible guerrillero encontró el fin de su aventura. La trayectoria de!
"Che" merece conocerse.
Ernesto Guevara nació en junio de 1928 en Rosario, el mayor ,de cinco hijos de una
familia cuya prosapia tradicional se unía a la molesta condición de "venida a
menos". Se ha calificado al medio ambiente en que transcurrieron los primeros años
del "Che" como afrancesado, aliadófilo, de un avanzado liberalismo. Estos
adjetivos corresponden especialmente a la madre, Celia de !a Serna, que fue el eje
familiar. Todos Ios que conocieron a Guevara en su infancia coinciden en señalar que era
un rebelde nato, dotado de una tremenda fuerza de voluntad, tan seguro de sí mismo que
irritaba a muchos con su petulancia sobradora.
La primera rebeldía del "Che", que entonces se apodaba "Tete", fue
contra el asma que nunca lo dejó en paz. Aunque su familia tenía tendencia a criar entre
algodones al niño enfermizo, éste se obligó a practicar en forma constante toda clase
de deportes violentos. Cuando el asma !o atacaba, extraía del bolsillo el vaporizador que
era su constante compañero y, pasada la crisis, seguía jineteando o jugando al fútbol o
al rugby. Nunca se curó de su mal crónico, pero con desmesurado orgullo nunca permitió
que lo venciera. Por lo demás, su vida no difirió de la que llevaban los otros jóvenes
de su grupo social. Terminado el.bachillerato decidió cursar medicina coma desafío
contra su asma, que pretendía curar por sí mismo. En la universidad fue izquierdista,
antíperonista, participó en riñas callejeras, leyó desordenadamente a grandes poetas y
a los ideólogos anarquistas, socialistas y comunistas que estaban de moda en el
estudiantado enemigo de Perón, sin que ello le impidiera rendir con todo éxito sus
exámenes, tal como se lo había propuesto orgullosamenteNACE UN VAGABUNDO
De niño solía escaparse durante, varios días para corretear a su
antojo por las sierras; a los 16 años recorría en bicicleta el norte argentino; en !a
universidad interrumpió sus estudios ya muy adelantados para realizar su primer viaje
latinoamericano. Salió en moto, pero se le rompió antes de cruzar la cordillera; siguió
como pudo, caminando, haciendo "auto-stop". En Venezuela prueba su temple y sus
conocimientos trabajando en un leprosario cerca del Amazonas. Llegó hasta Miami en avión
acompañando un cargamento de caballos de carrera; perdió el avión y vivió a café con
leche varias semanas hasta que logró emprender el retorno. Su primer contacto con los
Estados Unidos lo llenó de hostilidad; se lo había considerado "negro". De
vuelta en Buenos Aires se doctoró rápidamente en medicina y emprendía su segundo viaje
latinoamericano: comenzó en 1953 y terminó en 1958, en Cuba
En agosto de 1953 conoció al abogado porteño Ricardo Rojo; ambos habían viajado a La
Paz con el idéntico motivo de analizar de cerca la revolución del MNR que estaba en sus
primeros tiempos de euforia. Cuenta el doctor Rojo: "Vimos desfilar a los mineros con
cartuchos de dinamita en la cintura. Visitamos al ministro de Tierras y después Guevara
me dijo: Este no es más que un reformista. Van a fumigar con DDT a los indios para
quitarles los piojos, pero no solucionarán el problema esencial que es la causa de los
piojos. Una revolución que no llega a sus últimas consecuencias, está perdida. Guevara
tuvo ocasión de demostrármelo cuando, por iniciativa mía, fue a Guatemala donde Jacobo
Arbenz hacía un gobierno reformista"...
ARBENZ N0, FIDEL SI
Llegó a principios de 1954. El recién instalado gobierno del
coronel Arbenz proclamaba con bombos y platillos la reforma agraria, aunque no era capaz
de ordenar e! país ni de acabar con la corrupción. La United Fruit Company creyó que el
demagógico coronel amenazaba su imperio; pocos meses después Castillo Armas, apoyado por
los Estados Unidos, invadió el pequeño país para tronchar todo riesgo de extremismo.
Arbenz no supo defenderse, pese a que algunos de sus partidarios encabezados por Guevara
preconizaron la resistencia armada. AI comprender que la revolución del indeciso Arbenz
no era sino una pompa de jabón, Guevara se asiló en el consulado argentino donde se le
propuso retornar a la patria. Guevara eligió a México, dirigiéndose así sin saberlo
hacia su destino. Si Arbenz le había fallado como líder, encontraría !a
"revolución total" en Fidel Castro. Y una alegría casi con sabor a desquite le
quedaba al futuro "Che" cuando abandonó Guatemala; la de haber.entrado
gratuitamente al Caribe en un barco de la United Fruit. Lo usaba como ejemplo adicional
cuando señalaba; "Mi clase social lleva en sí su propia pérdida", y se
golpeaba el asmático pecho:
En México el aguador frustrado abrevió vendiendo estampitas de la Virgen de Guadalupe y
sacando fotografías a los turistas. En ese entonces se casó con Hilda Gadea, una peruana
del APAA que había conocido en Guatemala y tuvo con ella una hija llamada también Hilda.
Se relacionó con el movimiento cubano del "26 de Julio", luego con Raúl Castro
y por fin con Fidel, cuando éste salió de la cárcel de Pinos después de su frustrado
intento de derrocar a Batista.
No bien llegado a México, Castro comenzó a reclutar revolucionarías cubanos para
intentar una invasión a la isla en poder de su odiado Batista. A Guevara le resultó
difícil hacerse aceptar en las huestes castristas, por su asma y por estar cubierta la
cuota de extranjeros admitidos en el movimiento. Lo que le permitió franquear la barrera
fue su título de médico. En las fuerzas revolucionarias recibió entrenamiento
guerrillero a cargo de 'un ex oficial del ejército republicano español, el coronel Bayo,
quien muy pronto distinguió al argentino como a uno de los más eficientes reclutas.
Rojo cuenta que trató de disuadir a Guevara de su empeño "suicida" en un
asmático llevado a combatir con un puñado de hombres contra un poderoso ejército.
Guevara le contestó con una frase que luego pondría por escrito: "'Vale la pena
morir en un país extranjero por un ideal tan alto". En ese entonces, Guevara no era
todavía lo que algunos llaman hoy "bolivariano marxista", y el ideal de Fidel
Castro no llevaba aún el sello de la hoz y del martillo. Pero Guevara ya era hijo y
enamorado de la violencia.
A fines de 1956 desembarcan ochenta revolucionarios y las fuerzas de Batista los reducen
de entrada a una docena, entre los cuales estaban los dos Castro, Camilo Cienfuegos y el
"Che".
EL VERDE OLIVA SE VUELVE ROJO
Esos doce temerarios hacen famosa la Sierra Maestra. Allí se
atrincheran, reclutan guerrilleros, acrecientan el territorio ganado a Batista, Practican
de inmediato la reforma agraria para obtener la adhesión de Ios campesinos. Distribuyen
panfletos, propalan mensajes por radio. Cuando Batista quiere acabar con ellos movilizando
su ejército de 30.000 hombres, es demasiado tarde. Tres columnas, una de ellas comandada
por el "Che", avanzan hacia La Habana. El dictador huye y la capital en fiesta
acoge. a los barbudos que no tienen relaciones con !os "comunistas clásicos" y
cuyo uniforme verde oliva o veces oculta una cadena con una cruz... Lo cierto es que
todos, desde el pueblo y los pobres hasta los ricos. la iglesia y los propios Estados
Unidos ya estaban hartos de ese Batista que había convertido a Cuba en un lupanar y en
una cámara de torturas.
Ahora se trata de gobernar. Durante la época guerrillera, el ''Che" se había
mostrado sumamente duro y exigente, pero también se exigía a sí mismo, como un
"fanático del ejemplo". Luis Simón, que participó en la revolución castrista
y luego disgustado por sus excesos se :unió a los cubanos de Miami, subraya la petulancia
sobradora de Guevara en la Sierra Maestra, pero también su aguante, su altruismo
justiciero. Claro que se puede tener éxito en la guerrilla y no saber gobernar. El
médico se convierte en director del Banco Central, firma "Che" los billetes del
nuevo gobierno; lo trastrueca todo, trabajando incansablemente, pero con riesgosa
precipitación. Entre tanto se ha divorciado de Hilda Cadea y se ha casado con Alcida
March, maestra cubana que !o conoció en la guerrilla y que le da tres hijos. El
implacable "'Che" nunca trae a sus pequeños los juguetes "importados"
que se le brindan en sus viajes, diciendo: "Los otros chicos de Cuba no los tienen, y
los míos tampoco los tendrán".
El régimen castrista se va endureciendo, a medida que crece ña intransigencia del
gobierno de Eisenhower contra el nuevo régimen. AI paredón y al acercamiento con los
comunistas, e! gobierno de U.S.A. replica apañando la preparación de una invasión
anticastrista. Se ha pretendido afirmar que Castro lamentó las crecientes presiones
estadounidenses que !a arrojaron en brazos de la Unión Soviética. Lo seguro es que
Guevara sí se debe de haber alegrado pues ya entonces era el ala "jacobina" del
castrismo: quiere llevar la revolución a sus últimas consecuencias.
DE MINISTRO A FANTASMA
Castro, cada día más apegado al "Che", lo nombra
ministró de Industrias. Guevara se vuelve el espíritu critico de la revolución y los
cubanos, por chanza, cuando cometen algún error dicen: "Cuidado que viene el
Che". Se critica a sí mismo también. Hablando por televisión sobre !a urgencia de
industrializar el país, va a prender su famoso habano, y le fallan los fósforos uno tras
otro. Esos fósforos son "made in Cuba": Entonces Guevara arremete contra su
propio ministerio y señala !os errores que él mismo debe corregir. Criticar y criticarse
no es malsano, pero no basta. En busca de una total autonomía, el "Che" fuerza
la industrialización, crea el caos en la agricultura, daña seriamente la economía: al
final, Cuba cuesta a la Unión Soviética un millón de dólares diarios...
Los poderes del ministro de Industrias comienzan a ser restringidos por el propio Fidel,
alarmado por ese ritmo mortífero. Además, el "Che" tiene muchos enemigos en
las altas esferas del castrismo, que no le aguantan su petulancia sobradora y su total
intransigencia. Guevara es temible en !a réplica. Una anécdota lo pinta de cuerpo
entero. Es visitado en su ministerio por un grupo de izquierdistas argentinos. ·Uno de
ellos, cordobés, se lanza a una larga perorata inflamada y termina pidiéndole un
consejo, uno solo, para llevar a cabo la revolución. El "Che" lo mira de arriba
a abajo en silencio y luego contesta: "Álcese en La Falda. Sierras no !e
faltan."
Entre tanto nace y crece !a "coexistencia pacífica". La Unión Soviética hace
entender a Fidel que conviene limitarse a consolidar el socialismo en un solo país. El
"Che'' replica: "Cuba está sola y necesita muchos Vietnam en América para
ocupar a los estadounidenses y garantizarse la supervivencia". Comienza así una
polémica abierta pero tensa que despunta en 1963 y hace eclosión en 1964. Es una
polémica de doble faz, pues Guevara quiere crear un nuevo hombre en Cuba que trabaje y se
sacrifique por idealismo y no siguiendo estímulos materiales a la manera soviética. En
la tierra de la habanera y del chachacha, que da su sangre pero quiere gozar y sierre la
magia del sol y las palmeras, es una utopía. Fide! da prioridad a la agricultura .y
restablece los estímulos económicos en el trabajo, mientras Guevara recorre países
socialistas del "Tercer Mundo", abomina de la polémica ruso-china y del
"`mercantilismo" a la soviética, pregona un comunismo cubano y denuncia la
"coexistencia pacífica" como una trampa mortal. ¿Un bofetón para Castro? ¿Un
mensaje-testamento para el mundo y que deberá repercutir en Cuba?
FIDEL SE QUEDA SOLO
A mediados de 1965, después de uno de esos explosivos
viajes, el "Che" se esfuma de Cuba. Ahora se sabe que no lo mató Fidel, ni
Dorticós. Estaba en Bolivia desde setiembre de 1966. Antes había peleado en el Congo con
las fuerzas de Mulele- Con su muerte, Guevara se liberó de esa vergüenza que sentía en
su cómodo sillón ministerial: en dos años de vivir como fantasma, en dos años en que
los más sensatos lo creyeron en la tumba, buscó poner otra vez en práctica lo que
enseñara en su libro "!a guerra de guerrillas". Tuvo mala memoria. Debería
haber recordado su viaje por Bolivia; con Rojo, en una especie de camión de esos que
transportan indios y mercaderías.
(nota: las fotos y pié de las mismas pertenecen a la
nota)
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Al ver que eran blancos, los quisieron poner en
"clase Panagra", es decir en la cabina al lado del conductor. Ambos se negaron,
y viajaron cuatro horas entre papas, cebollas e indios. Trataron de hablarles, pero Ios
indios permanecieron obstinadamente mudos, como de piedra. Ellos hablan aymará o quichua,
y el español, aunque lo entiendan, es para blancos. Y cualquier .blanco que venga a
hablarles en español, de revolución o de democracia, da lo mismo: varios siglos de
sometimiento han creado un muro de desconfianza que ni siquiera Guevara podría derribar.
Por otra parte, su libro "La guerra de guerrillas" ya fue estudiado a fondo par
las fuerzas especiales del ejército estadounidense. El '"Che" fracasó y no
podía ser de otra manera.
Con sus discursos en la O.L.A.S., Fidel Castro "rompió amarras" y se embarcó
en !a línea de revolución continental! férreamente marcada por el "Che". Eso
demuestra que había colocado grandes esperanzas en el agitador argentino. Ahora se ha
quedado solo y posiblemente se resigne a construir el socialismo en un solo país
latinoamericano, para alivio de la Unión Soviética y de tos Estados Unidos.
El tradicional! diario británico "The Times" dice que el "Che" es
quizá "la leyenda más fascinante de Latinoamérica después de Eldorado. Pero la
ironía suprema de la leyenda de Guevara es que su presencia ha servido los intereses de
las dictaduras de derecha", esas mismas que quiso combatir. Es posible que ahora la
guerrilla "a lo Guevara" desaparezca del continente. Entonces, los gobiernos
democráticos que quieren transformar pacíficamente las sociedades latinoamericanas,
aboliendo las injusticias pero manteniendo la libertad, quizá ya no se vean jaqueados
como hoy por aquellos sectores intransigentes para los cuales todo cambio social es de
color rojo. En tal caso, la muerte de! "Che" terminaría por resultar más útil
que su turbulenta vida para el auténtico progreso de Latinoamérica, que no se obtiene
por el camino del terror y de la destrucción.

(sin pie de foto)

El cadáver del Che expuesto en Vallegrande

Sus horas más felices, en noviembre de 1958 en Sierra Maestra.
Poco después entraría en La Habana junto a Cienfuegos y Fidel Castro

El Che en Punta del Este: conmoción en América

1958: ya era un héroe en Sierra Maestra

El che en Bolivia: una de las pruebas que dió el gobierno de
ese país a la OEA

1958: Guevara y el director de la revista "Bohemia"

En el colegio Deán Funes de Córdoba, al recibirse de
bachiller. De ahí fue a la Facultad de Medicina

1959: El revolucionario argentino se divorcia de Hilda Gadea y
se casa con Alcida March, maestra cubana y guerrillera

1946: El "Che" junto a un planeador en Córdoba

El "Che" Guevara con su padre: durante unas vacaciones
en Sierra Grande, Córdoba. Tenía nueve años.

1961: en Punta del Este, durante la Conferencia Interamericana,
junto a su padre, el arquitecto Ernesto Guevara Lynch.

Su última expresión: una enigmática sonrisa y los ojos
entreabiertos. Entró en Bolivia en setiembre de 1966; venía del Congo, donde peleó
junto a Mulele.
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