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Recuerdos de la presidencia que termina

El doctor Victorino de la Plaza al iniciar el mandato
Con la exactitud de los
hechos que se producen de acuerdo con los fenómenos cosmológicos, termina mañana en su
mandato don Victorino de la Plaza, ciudadano que ocupó la presidencia de la nación en el
período de los tres últimos años.
Su vida oficial se ha ajustado al rigorismo que imponen para la distribución de las
horas, las personas cuya fisiología ha sufrido la acción de los años, y que con
prudente observación de los métodos equilibran el desgaste atómico de la máquina
viviente. Convertido el hombre en el don Pedro Recio del gobernante, impuso un régimen,
con sus pequeñas tolerancias. Y así fue que cuando el ciudadano llegó a la presidencia,
el hombre pensó como Sancho en la ínsula: "¡Ser gobernador, magnífico! ¡Pero
serlo y no comer, atroz, atroz!..." Y así vinieron las tolerancias de la
compensación. Y a cada exceso gástrico, sucedía un paréntesis en la labor oficial, que
fue tranquila como las digestiones de su excelencia.

con Monseñor Espinosa y el doctor Murature
leyendo un discurso
en su mesa presidencial firmando los despachos
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con el ex embajador de los Estados Unidos
Mr. Stimson

...y el que venga atrás que arree

presidiendo un banquete en las fiestas del centenario de la
independencia
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