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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

EL"BOOM" DEL TORINO
Por J. C. PÉREZ LOIZEAU

Revista Extra
abril 1967

 

 

DURANTE cincuenta años el automovilismo argentino fue lucha de hombres, pero también de marcas. Los nombres que escriben su historia fueron: Galvez, Ford; Fangio, Chevrolet; Kruuse, Plymouth... Cambiaron los tiempos pero las marcas fueron las mismas. Y con el correr de los años sólo quedaron dos: Ford y Chevrolet. O Chevrolet o Ford, para que no se enoje nadie.

 

 

En esos cincuenta años se modificaron muchas cosas en el país. Pasó de todo un poco y poco de bueno. De importadores de automóviles nos convertimos en fabricantes. Y las marcas tradicionales de los autos americanos dejaron lugar a otras menos conocidas nacidas en Europa. Y este acontecimiento —que fue una de las pocas cosas buenas que pasaron en el país— distorsionó aquella imagen automotriz que teníamos de chicos. Peugeot, Fíat, Citroén, Auto Unión y otras se mezclaron en el oído del público con Ford, Chevrolet y Chrysier, los tres gigantes de la industria norteamericana y los que nos enviaban mayor cantidad de unidades en aquellas épocas que quedaron en el recuerdo.
Pero, aunque todo eso modificó las opiniones del público en general, los aficionados al automovilismo deportivo sólo conservaron dos nombres, los originales. En ocasiones muy aisladas —en los tiempos modernos— surgieron pilotos conduciendo máquinas que no fueran Ford o Chevrolet. Y por eso la rivalidad quedó entre ellos. Los cantitos, los carteles, los banderines, los estandartes y las banderas; las discusiones al borde del camino, en las oficinas y en los cafés durante el resto de la semana; la rivalidad por hacer las cosas mejor entre las dos comisiones deportivas de concesionarios quedaron, únicamente, entre los dos colosos norteamericanos de la industria automotriz. Y las preferencias de los aficionados no son, casi nunca, motivadas por la personalidad de un determinado piloto o por sus condiciones deportivas, sino por la marca del auto que conduce. Por allí comienza a resultar simpático. Luego, si anda bien, la simpatía se transforma en admiración, idolatría, locura, estupidez, etc.
En el segundo semestre del año anterior apareció en el Turismo de Carretera un auto equipado con motor Tornado, fabricado por Industrias Kaiser Argentina S.A. Se le miró con alguna curiosidad pero sin ningún síntoma de alarma. Habían aparecido otros sin que pasara nada trascendente. Este anduvo bien y mereció elogios. Para el Gran Premio Argentino de Carretera se había anunciado la participación de un equipo completo de IKA con los nuevos modelos Torino que estaba por lanzar al mercado. Se habló mucho sobre el particular y aparecieron algunas unidades en manos de pilotos famosos habituales conductores de máquinas de las marcas tradicionales.
Ello no solamente alteró el pulso de los gerentes de ventas de General Motors y Ford sino de muchos aficionados y no pocos pilotos. El auto resultó muy bueno, según sus conductores y mucho más impactante, por lo poco frecuente, la disposición de la empresa IKA por proporcionarlos sin mayor trámite. Comenzó a hablarse de competencia y luego de transferencias. Se alteró el mundo de las competiciones hasta que el paréntesis del verano aquietó los ánimos. Pero fue sólo un descanso.
Pocos días antes de comenzar la temporada de TC (febrero 26, San Pedro) fue anunciado el equipo oficial IKA y su programa deportivo. Llegó la carrera y junto con ella la sorpresa: ganó un Torino en el día de su presentación en el deporte. Al domingo siguiente el mismo auto luchó por la vanguardia hasta casi el final de la carrera de Allen, Río Negro. Y así sucesivamente. Por primera vez en la historia una marca nueva alteraba una situación establecida por el tiempo.
La impecable presentación de las máquinas, su rendimiento en carrera y las facilidades ofrecidas por la empresa para adquirirlas dieron origen a un verdadero "boom" que superó todas las predicciones y se convirtió en el suceso de la temporada recién iniciada. Por 1.560.000 pesos se puede comprar un Torino para acondicionarlo deportivamente —unos 200.000 pesos más— cuando una máquina tradicional cuesta, por lo menos, 3.000.000...
En el ambiente deportivo se habla de que los pilotos que correrán con Torino en los próximos meses, serán unos 40 más o menos. La fabrica informa que a principios de marzo tenia vendidos 22 Torino 380w a pilotos que corren habitualmente. Eso significa que Torino pasó a competir en menos de quince días con Ford y Chevrolet en la preferencia de los volantes.
Un suceso sin precedentes que modificó hasta la 'mentalidad imperante en la categoría. Ahora muchos se dieron cuenta de que se puede correr con pretensiones de triunfo con un auto totalmente argentino fabricado para uso diario, hecho por ingenieros y respaldado por una industria de gran importancia.



Orestes Berta
Junio 1967

29 años (casado con una hermosa chica llamada Lilian), es el encargado de la sección vehículos avanzados del departamento de experimentación de Industrias Kaiser Argentina. Para hacerlo más sencillo, es el hombre que desde que empezó la presente temporada de Turismo Carretera ha puesto permanentemente en los primeros puestos a los Torino. El habano que fuma se debe principalmente a dos cosas: al triunfo de los Torino en la prueba de TC en el Autódromo (ocuparon los primeros tres puestos) y al viaje que pocas horas más tarde emprendería hacia Estados Unidos y Europa (salió por Pan American hacia Nueva York el domingo a las 21), una mezcla de viaje de negocios y placer. Por sobre los pilotos Gradassi, Ternengo y Copello (los hombres del equipo oficial IKA), Berta se ha erigido en la figura más impactante de la presente temporada. Él parece darse cuenta de ello.

Estamos pasando a una categoría Turismo por el camino del progreso.
La última adquisición de gran repercusión popular fue la incorporación de Rodolfo de Alzaga, luego de su desvinculación con Ford, de quien era piloto oficial. Además de Alzaga, correrán con Torino en el futuro estos pilotos, entre otros muchos que resulta difícil averiguar con anticipación: Nasif Estéfano, Carlos Loeffel, Gastón Perkins, "Larry", Adrián Villegas, César Malnatti, Evaristo Lochbaum, Héctor Re, Ángel Cacuri, Esteban Sokol, Ángel Tropea, Tulio Riva, Federico Urruti, José Manzano, Oscar Cordonnier, Gonzalo Barceló, Carlos Marincovich y otros, además del equipo oficial integrado por Eduardo Copello, Héctor Gradassi y Jorge Ternengo. En esta columna, hace tres meses señalamos: "el Torino puede llegar a revolucionar el automovilismo deportivo. Y por una razón simple: porque resume la idea básica de nuestro desarrollo... Para que sirvan para andar por la calle y para correr los domingos... Autos argentinos que no se parezcan a ninguno, que estén al alcance del comprador...". Y el "boom del Torino se produjo. (Es evidente que varios pensamos del mismo modo).

 

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