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Dijo entonces Paino:
"La organización de la Triple A me la. encomendó a mí el señor Jorge
Conti, asesor de prensa del Ministerio de Bienestar Social. La Triple A la manejaba el
ministro José López Rega, pero su responsabilidad es relativa. También la manejaban sus
asesores y sus enlaces. El día 3 de marzo de 1974, el señor Conti me entregó un cheque
de dos millones de pesos contra Banco Nación, sucursal Bartolomé Mitre y Callao -el
cheque era de Sucesos Argentinos-, y me dijo que cobrara ese dinero y que lo guardara-
porque tenía que organizar un grupo para una operación comando. El 20 del mismo mes me
entregó otro cheque, de tres millones, de Honegger y Compañía, la imprenta que editaba
la revista Las Bases. El cheque era contra Banco Shaw, sucursal Congreso. El señor Conti
me dijo que ese cheque era para pagarle a un grupo armado que tenía que matar al diputado
Rodolfo Ortega Peña y al abogado Antonio Tomás Hernandez, vicepresidente de la empresa
Dicon (Canal 11). Me negué terminantemente, tuve un fuerte cambio de palabras con el
señor Conti y decidí alejarme del ministerio. Yo había entrado en el ministerio citado
por el señor Carlos Alejandro Villone, que me mandó un telegrama v me presentó al
señor Conti y a otros colaboradores. Mis funciones iban a ser de prensa v
administración. Cuando me hablaron de organizar un "cuerpo de seguridad
dinámica" me lo explicaron como si se tratara de un grupo de seguridad para defender
el ministerio de ataques terroristas. Pero cuando ocurrieron cosas como el incendio del
diario Clarín, hablé con el señor Conti y le dije que estaba totalmente en desacuerdo
con esos métodos y que no me iba a prestar a organizar un grupo extremista. El señor
Conti me dijo que si no cumplía la orden que me había dado me vería en dificultades.
Dos o tres días después, a eso de las dos de la madrugada, sonó el portero eléctrico
de mi departamento (Tres Arroyos 874. Capital). Atendí. Alguien dijo: "Paino,
traemos una orden urgente de Morales y de Conti". Tengo experiencia en estas cosas.
Bajé por la escalera. Cuando prendí la luz, desde afuera dispararon dos veces, al
parecer con Itaka. Rompieron los vidrios y perforaron el ascensor. A la mañana fui a la
casa del señor Conti (Las Heras 1619, sexto "D". Capital). Me dijo
textualmente: "Mira. Painito. Lo de anoche fue un aviso, nomás. La próxima va en
serio. Vos sabes lo que tenés que hacer". Me dijo también que él actuaba en nombre
del ministro López Rega. Las armas que usaba la Triple A las traían de la ciudad de
Pedro Juan Caballero, en el Paraguay. Los dólares con que se pagaban las armas
(ametralladoras Stein) me los daba el director de Administración del ministerio, señor
Rodolfo Roballos, aunque creo que él no sabía para qué era el dinero. Las armas se
compraban por medio de un miembro de la custodia, un ex policía de apellido Coquibu, y de
un señor Roberto Viglino, que trabajaba en la oficina de prensa de Bienestar Social. Más
tarde los paraguayos las entraban de contrabando y había que ir a buscarlas a una casa de
la avenida Figueroa Alcorta donde vivía un señor paraguayo que era representante de la
firma que las vendía, íbamos a buscarlas con los vehículos de Bienestar Social y las
depositábamos en el tercer subsuelo del ministerio. Todo esto se hizo antes del 20 de
marzo, fecha en qué para mí empezaron a actuar las tres A. Cuando me negué a cumplir
esa misión, que según el señor Conti había sido ordenada por López Rega, viajé a Mar
del Plata. Al volver me detuvo la custodia de López Rega en la calle Chacabuco 145. Me
sucedió en el cargo el señor Juan Carlos Rousselot. Este señor estaba muy interesado en
lograr un puesto en Bienestar Social. En los últimos días de febrero de 1974 el señor
Conti nos dijo que sería muy buen negocio conseguir el paquete accionario de una radio de
Zarate (Radio Nuclear) porque él conocía muy bien el medio y se podía hacer de ella una
radio cabecera de zona. Yo me desentendí: de radios no entiendo nada. El señor Conti me
dijo que si todo resultaba no se iba a olvidar de mí y que iba a hablar con el señor
Rousselot. El señor Rousselot se había ido al Chaco a dirigir un diario pero las cosas
no le iban bien y trataba de conseguir un crédito de Bienestar Social. Tengo un testigo
de que el señor Conti me ordenó organizar la Triple A. El 23 de marzo me encontré con
el doctor Lozada, hermano del que fue juez, v le dije que estaba desesperado por lo que me
ordenaban, que me iba a enloquecer. Hablé con él en la Municipalidad, donde este doctor
era asesor jurídico. No sé si el doctor Lozada querrá hacer alguna declaración, porque
yo me manejaba directamente con el señor Conti, con el señor Carlos Villone, con el
señor Julio Yessi y con don Felipe Romero, el director de la revista El Caudillo, que
tenía a su cargo uno de los grupos de la Triple A. La revista El Caudillo se pagaba con
fondos de Bienestar Social. El señor Conti manejaba la caja chica: unos quinientos mil
pesos del año 1973 se destinaban todos los meses a la revista El Caudillo. Todo esto
está documentado en el ministerio. Pero cuando pidan las facturas van a descubrir que son
de cosas que no existen.
Pero el señor Conti no sólo manejó la Triple A. Le hizo firmar al ministro
López Rega una disposición: toda la publicidad del ministerio a los diarios (avisos
oficiales) debía salir de nuestra oficina. El señor Conti, junto con el señor Suárez
Asín y el señor Tejera, de la agencia Télam, decidían las páginas, los minutos de
filmación, las pautas, todo. Cualquier negociado que haya en Télam tiene como
responsables al señor Conti y al señor Suárez Asín. Esto es iodo lo que sé. El
organigrama de la Triple A está a disposición de ustedes en el juzgado del doctor
Teófilo Lafuente, y también las carpetas con los cargos que cada uno ocupaba en la
Triple A, que fueron escritos directamente de puño y letra por el ministro López
Rega".
Pocos días después de estas declaraciones. Jorge Conti habló también ante la
Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados. Dijo entonces Conti: "A Paino lo
conocí internado en el Borda. Me habían dicho que él sabía adonde estaba enterrado el
cadáver de Felipe Vallese y pensé que con ese tema podía hacer una buena nota
periodística. Después de mucho tiempo apareció en el ministerio. Lo habían soltado el
25 de mayo, después del decreto de amnistía, y necesitaba trabajo. Empezó a trabajar en
la administración de personal. Controlaba la entrada y salida de los empleados,
autorizaba los gastos de la caja chica, repartía las credenciales y además me pagaba las
cuotas del coche y de la sastrería. Era muy servicial. Pero al poco tiempo hubo problemas
con él y me di cuenta de que no estaba en su sano juicio. Primero dijo que dos hombres lo
habían seguido y que trataron de matarlo. Después, que alguien fue a llevarle un mensaje
a su casa y le disparó con Itaka. Más adelante le pidió un préstamo al imprentero de
la revista Las Bases, trató de sacarle una comisión a Sucesos Argentinos y trató de
cometer una estafa con unas órdenes de compra en las que puso el sello de Roballos. Se
encerraba largas horas en su oficina y se reía a carcajadas. Obligaba a su secretaria a
comprarle anfetaminas. Le compró joyas a un chofer del ministerio y nunca le pagó. Paino
me odia porque yo lo mandé preso. Creo que fui demasiado bueno con él. Paino tiene una
mentalidad enfermiza. Es un paranoico. Se me puede acusar de negligencia acerca del
personal que he tomado para el ministerio. Pero es mentira que soy el organizador de la
Triple A. Nunca tuve nada que ver con una organización extremista. Jamas hablé de ese
tema en ninguna parte. Tampoco tuve nada que ver con la compra de armas. A López Rega lo
conocí un día en la CGT. mientras mi canal trasmitía una reunión de Isabel con
sindicalistas. Me dijo: "A usted lo quiero ver mañana en el ministerio. Necesito un
periodista peronista para la Secretaría de Prensa". Así empecé a trabajar con él.
Tenía esas cosas raras del espiritismo, pero conmigo nunca las comentó." |

Salvador Horacio Paino en una reunión en el Ministerio de
Bienestar Social

Jorge Conti, periodista. Logró cierta notoriedad por un
reportaje a Perón a bordo del avión charter. Se vinculó a López Rega. Ocupó cargos en
Bienestar Social y en Prensa y Difusión. Más tarde Paino lo acusó
Jorge
Conti
ex reportero de
Canal 11, llegó a ser famoso; hasta tenía su propio club de admiradoras, creado en 1972.
Cada semana recibía de ellas una boleta de Prode (Pronósticos Deportivos) que jugaban a
su nombre. Después hizo un programa de televisión con Gerardo Sofovich, Las dos
campanas, y un vuelo en un avión chárter rumbo a la Argentina en el que obtuvo la única
entrevista del momento con Perón. Le había ganado una apuesta a su colega Sergio
Villarruel, de Canal 13. Con una condición: el afortunado iba a viajar con el
camarógrafo del otro, de modo que ambos canales tuvieran la primicia.
Poco antes, en junio de 1971, Paino había estado alojado en la Unidad 20 del Hospital
Neuropsiquiátrico José Borda, de Buenos Aires. "Aparentemente, el informe del
médico legista fue minucioso y contundente escribió el periodista uruguayo Tabaré
de Paula. Diagnosticaba delirios, síntomas de agresividad, un oscurecimiento de la
razón que pedía a gritos la reclusión de Salvador Horacio Paino en esa pesadilla con
rejas que es la Unidad 20. Pero tanta prosa doctoral encubría una falencia: decía
apoyarse en un examen que no había tenido lugar. El autor del referido informe nunca
revisó al supuesto demente."
Salvador Horacio
Paino
Autoproclamado
fundador de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA), o Triple A, o Tres A, quedó
detenido en forma preventiva el 28 de noviembre de 1983 en Montevideo mientras el juez
federal argentino José Nicasio Dibur tramitaba su extradición, invocando el Tratado de
Derecho Penal Internacional del 23 de enero de 1889, ratificado el 3 de octubre de 1892
por Uruguay y el 11 de diciembre de 1894 por la Argentina. Negada finalmente por la
justicia uruguaya.
Era un militante peronista separado del Ejército en 1955 con el grado de teniente
primero, pronto a ser ascendido a capitán. Había sido compañero de promoción de
Reynaldo Bignone, el último presidente del denominado Proceso de Reorganización
Nacional, y de Cristino Nicolaides, entonces comandante en jefe de la fuerza. Vivía en
Carmelo, a unos 150 kilómetros de Montevideo. De la Argentina había huido, rumbo a
Brasil, el 1° de marzo de 1979, poco después de un atentado contra su vida. Pensaba
radicarse en Uruguay: hasta buscaba trabajo, de modo de afiliarse a una caja de pensiones.
Pero encendió el ventilador. Y armó un revuelo de proporciones, al extremo de prestar
declaración testimonial en la Embajada argentina, a mediados de octubre de 1983, por
haber adjudicado a la Triple A el crimen del secretario general de la Confederación
General de Trabajadores (CGT), José Ignacio Rucci, el 25 de septiembre de 1973.
El diario El Día, de Montevideo, publicaba anticipos de un libro de su autoría,
Yo fundé la Triple A. En él aseguraba que, en unas 300 operaciones, habían matado a
unos 2000 izquierdistas. Entre ellos, el cantante folklórico Jorge Cafrune; el sacerdote
Pedro Mujica; el diputado peronista Rodolfo Ortega Peña, director de la revista
Militancia, y Silvio Frondizi, hermano del ex presidente argentino Arturo Frondizi. En
1976, decía, la Triple A tenía armas por valor de dos millones de dólares "para
enfrentar a los terroristas de izquierda"; estaban en los sótanos del Ministerio de
Bienestar Social. Y disponía de dinero a granel, obtenido de la llamada caja chica, con
el cual "se contrataba, además, a cientos de confidentes, como porteros de edificios
y personas que se hacían pasar por estudiantes".
http://www.impunidad.com/cases/zelmar_michelini.htm
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Salvador Horacio Paino
En el juego del acusador y el
acusado muchas cosas quedaron sin aclarar. Paino dijo:
"El señor Villone me presentó al señor Conti. Yo no lo conocía".
Sin embargo, Jorge Conti le envió a Paino un telegrama que dice: "Señor
Salvador Paino - 9 de Julio 60 - Departamento "A" - Bernal - Te espero a la
brevedad en primer piso Ministerio de Bienestar Social - Jorge Conti - Coordinador de
Prensa". La techa del telegrama es 26 de julio de 1973 (un año antes de la fecha en
que Paino dijo que se lo presentaron), y el trato familiar ("Te espero") revela
un conocimiento previo.
Paino dijo:
"Cuando bajé la escalera y prendí la luz dispararon dos balazos de Itaka que
rompieron los vidrios y perforaron el ascensor".
Conti dijo: "Paino deliraba. Trató de hacerme creer que alguien intentó
matarlo una noche con dos disparos de Itaka".
La mujer de Paino dijo:
"Una vez, a las dos de la mañana, llamó el portero eléctrico. Atendió él
y me dijo que eran los de la custodia. Al rato escuché dos tiros. Si quieren pruebas,
todavía están los orificios e» la puerta del ascensor".
Conti dijo:
"Paino es un loco. Un paranoico".
Emiliano Rodríguez Graham, del Servicio Penitenciario Federal, dijo:
"No hay pruebas de que Paino sufriera alteraciones mentales. Su legajo fue
quemado hace dos años, cuando los internados tomaron la unidad. Estaba acusado de hurto y
defraudación. Entró en junio del 71 y salió en junio del 73 amparado por el decreto
2050 del Poder Ejecutivo, que puso en la calle a muchos delincuentes comunes. Nosotros no
sabemos nada de sus alteraciones mentales. Para nosotros era un delincuente común. .
."
Le preguntaron a Conti por qué había tomado un loco en el ministerio.
Conti dijo:
"Bueno. Se nos fue la mano...". |