Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Tango
EL TANGO SIN SERMÓN
SUSANA RINALDI subió al escenario para cantarle a Buenos Aires con los tangos de Manzi, Discépolo, Castillo, un público numeroso, casi todos jóvenes, la miraba desorientado: es que la ciudad que evocaba la cantante no era su Buenos Aires. Esa simple anécdota revivió una duda que acosa a la juventud argentina: qué significa para ella el tango o “el nuevo tango”. Seis personajes de una nueva era musical —Nacha Guevara, Marikena Monti, Horacio Ferrer, Astor Piazzolla, Osvaldo Piro y Jorge Schussheim— rodearon un grabador; EXTRA se limitó a desplegar un cuestionario y recoger sus opiniones. Los seis se destacan por su capacidad para observar los fenómenos culturales y por su asimilación a nuestra época. Es un aval suficiente.

¿Hay un nuevo tango?
M. Monti: Pienso que si. Es un tango más intelectual, menos protestón que el tango reo. Pero la juventud se siente expresada con este último: el tango reo le dice cosas que la juventud quiere decir en este momento. Por ejemplo cuando uno recuerda que Cambalache nos pinta un mundo que no pierde actualidad, que es el mismo que vivimos hoy. El tango tradicional dice más cosas que lo que pretende decir el nuevo tango; éste, tal vez por ser demasiado intelectual está, en cierto modo, evadiendo la realidad.
J. Schussheim: No soy muy entendido en el asunto. Pero si se refiere a Piazzolla no creo que la juventud no lo pueda tomar como novedad: hace quince años que empezó lo suyo. Por otra parte, nuestro país tiene una tradición musical triste; el tango corrobora esa certeza. Basta comparar nuestra música con la de Brasil. Nosotros somos porteños mufados y en este momento nadie quiere darle bolilla a la muía y a la desesperación. María de Buenos Aires, considerada la gran última obra que produjo el tango es la cosa más triste, más tremenda que he visto. Así que no me digan que el nuevo tango es alegre; ¡si es un dramón! Supongo que nuevo tango será aquel que cambie la temática del tango tradicional, que sea algo así como un tango protesta. Para mí el arte debe romper con los moldes tradicionales, tiene que ser necesariamente destructivo y no constructivo. Un nuevo tango será aquel que mande al diablo a los anteriores y no que los continúe.

¿Tango ruptura?
O. Piro: No creo que sea necesario. Sucede que el tango tiene formas definidas, heredadas de auténticos intérpretes (aunque siempre hubo y habrá estafadores). El problema del tango no es de notas sitió de formas; repito que lo nuestro no es una escalera sino un peldaño. Somos parte ineludible de una evolución.

¿Es que todo arte debe cumplir obligatoriamente una ley de evolución?
O. Piro: Naturalmente. Eso ocurre en todas las manifestaciones artísticas. la evolución es incontenible.

¿Pero no tenes miedo que con el tango suceda lo mismo que con la pintura? Es decir, de la forma natural, plana y figurativa, la evolución la volvió abstracta y no figurativa. Y no se ha conformado con eso, sino que escapó de su dimensión original creando figuras animadas. Sin embargo, ahora resulta que se descubre en una crisis que impone una regresión a las formas primitivas. Una especie de ciclotimia. ¿Será ese el destino del nuevo tango?
O. Piro: Tu pregunta me gusta mucho como ejemplo. Se podría discutir un largo rato (él fue estudiante de Bellas Artes). Pienso que el tango no ha llegado a un período de crisis que obligue a pensar en una regresión. Es difícil pronosticar algo así; aunque la posibilidad es muy remota, no por eso hay que descartarla.
N. Guevara: Volviendo a la pregunta original, sólo puedo contestar como público. Supongo que al hablar de nuevo tango se refieren a Piazzola como punto de partida. En su momento, él fue una fractura, un cambio; después no pasó más nada, siguió igual. Se detuvo en el cambio y no evolucionó. Para mi Rivero es el verdadero tango.

¿Acaso faltan letristas que le canten a un Buenos Aires 1969, o resulta que este Buenos Aires no tiene realidades que merezcan ser trasladadas al tango?
N.Guevara: Creo que no hay letristas; no deben ser necesariamente poetas, ya que se trata de dos ámbitos distintos. Discépolo fue el único que asumió una actitud crítica frente a la realidad, el único que supo decir cosas. Después, nada.
H. Ferrer: Nunca hubo un gran número de letristas creadores. Siempre fueron muy pocos. Además ya hay un repertorio de tangos cantables impuestos que dificultan la difusión de nuevas obras (Celedonio Flores, Homero Espósito, José María Contursi, Homero Manzi, Discépolo...). De todos modos han surgido nuevos letristas; por ejemplo, Acho Manzi y Héctor Negro. Creo que los que escribimos nuevo tango, vivimos un permanente desafío: encontrarle poesía a las cosas de ahora. Todo Buenos Aires como realidad ciudadana parece trasladarse al tango. A mi me interesa que el mensaje llegue tanto al colectivero como a la chica que pasea por Santa Fe. El tango siempre se ha nutrido de los personajes más genuinos, los más alejados de la cultura extranjerizante; lógicamente, en el barrio y la gente que lo habita está lo más auténtico de Buenos Aires. Pero ésto no es indispensable para el músico y el letrista; se puede tratar cualquier tema y hacer tango.
J. Schussheim: El tango es una asociación musical. Alguien dijo una vez que el porteño cuando baila tango en lugar de bailar, filosofa. Y el tango para mí es eso: una danza. En toda canción la letra desempeña un papel casi idéntico; es un texto, un clima que se describe mediante una música que lo apoya. En cuanto a si el tango debe reflejar una realidad ciudadana, no creo que sea obligatorio. Se puede reflejar una fantasía onírica o una simple ficción. No niego que en un época haya cumplido un papel narrativo de la realidad citadina. En este momento ya no.
O. Piro: El tango es música de Buenos Aires y entiendo que debe cantarle a su gente y a su época. Para ello están los poetas. Elementos no les faltan. En el 40 hubo un tango testimonial y quizás al tango-canción le falte eso, no así al instrumental que está pasando por su mejor momento. Tenemos una juventud...

Eso es lo que nos interesa: la juventud. Saber cómo reacciona ante el nuevo tango. Si se siente identificada con esa forma de expresión musical. Si ese movimiento será popular o, por lo menos, comprendido.
A. Piazzolla: La juventud siempre me ha apoyado. En un principio sólo la universitaria; después, toda. Es maravilloso ver como la gente joven entiende, capta. Especialmente en el interior, donde existe una gran comunicación con el público, y eso es algo que me llena de satisfacción.
M. Monti: De acuerdo. Mis experiencias personales frente a la juventud interpretando tango es increíble. En un recital que di en Rosario, el teatro se venía abajo cuando canté “Galleta”. Lo que sucede, como dije antes, es que el tango de hace treinta años tiene más fuerza que el de ahora. Es agresivo.
N. Guevara: Me parece que la juventud recibe a Palito y a esas cosas. No creo que se vuelque hacia el tango. ¿No?
O. Piro: Cuando se habla de juventud hay que diferenciar. Está la juventud de los trece años y las de los 25 para arriba. Entre los 13 y los 25 se les maneja el gusto; el tango es para la otra, para la juventud pensante, porque es la que sabe reconocer en él sus auténticos valores
y las cosas que dicen. Siempre fue así. El otro día me preguntaron porqué el tango no acepta en la canción a la juventud menuda; le contesté que si para buscar la juventud había que decir "no me pisen las flores” o "la chevecha se me chuve a la cabecha', prefiero esperar a que ella se acerque a nosotros.

¿La juventud recibe a Piazzolla?
N. Guevara: Nunca me pregunté eso; es un problema que no me quita el sueño.
A. Piazzolla: Perdón que interrumpa. Se está hablando mucho de Piazzolla. Propongo que volvamos al tema en cuestión: la relación juventud-tango.
H. Ferrer: ¡Atención! Hay algo que no está claro. No creo que la juventud sea un bloque de opinión unitaria y monolítica. Esa forma de encasillarla o universalizarla no es otra cosa que un hábil esquema publicitario. En todas las épocas, la juventud volcó sus preferencias hacia muchas otras formas musicales que no eran sólo el tango. Ahora, en lo que se refiere el nuevo tango, hay una gran predisposición. Lógicamente, si hablamos de las manifestaciones más avanzadas, es indudable que son recibidas por un público minoritario. Pero casi todos los muchachos conocen “Adiós Nonino” o "Verano porteño”. También Pugliese, Salgán o Rivero cuentan con la adhesión juvenil.
M. Monti: Creo que hay una especie de vuelco en forma masiva hacia el tango, pero no hacia el nuevo tango. Se inclinan más hacia el tango reo; el otro, para mí. es un tanto aburrido.
O. Piro: Estoy de acuerdo en que no se puede decir que el nuevo tango sea popular entre los jóvenes. Pienso que todo debe cumplir su ciclo. No puedo decir que lo mío sea definitivo; sólo cumplo con mi labor de aportar elementos para que otros me continúen o, mejor dicho, continúen con esta evidente evolución. Estamos en un periodo de transición; lo nuestro es sólo una etapa de búsqueda y debemos llenarla sin detenernos en un juicio que sólo puede darse con la visión de perspectiva que da el tiempo. Sólo el tiempo verá lo que queda de todo lo que estamos haciendo.

¿Sólo una élite se acerca al nuevo tango? Es decir, que se hace del tango una especie de “turismo porteño”, que impulsa al snobismo.
M. Monti: En este país juega un poco la manía de las etiquetas, el deseo de encasillar. Cuando salgo a cantar un tango a un público equis no me interesa si vive en Callao y Alvear o en el barrio de las Cañitas.

¿Pero no puede negar que quienes la ven pagan 2.000 pesos el whisky? ¿Eso da una pauta o no?
M. Monti: La da y no la da. El arte es una expresión para todo el mundo y el artista no puede ni debe dirigirse a nadie en particular. Canto para los que entienden, creo que la juventud espera canciones que digan algo y que sean buenas. Que digan cosas reales, sin pretensiones y, por sobre todo, que digan verdades..
O. Piro: Opino que trabajar para un público que paga lo que paga es la pauta que estamos frente a una minoría.
H. Ferrer: Los destinatarios de este nuevo tango son todos. Por ejemplo, tangos como Infamia o Sur están, de repente, lejos del marco ocasional de mucha gente que, no obstante, los canta y les gusta. Además no creo que se haga turismo con el tango ¿No?
A. Piazzolla: Se mencionó al snobismo como medio de acercamiento al tango. No dudo que entre los que se arrimaron al tango, algunos estuviesen impulsados un poco por snobismo. Sobre todo en el ambiente intelectual. Pero yo hago tango para todos y los que dicen que lo mío es “tango-bien” no entienden nada de nada. Es tan reo como el que más.
M. Monti: Muchos creer que oír a Piazzolla les da un aire intelectual aunque no entienden nada de las orquestaciones ni de la real importancia de este creador. Asimismo, el tango reo les da un aire de no sé... de divertido. De todos modos pienso que Piazzolla no puede transformarse en un fenómeno de masas, porque es demasiado genial.

Asi se discutió el tema. Sin compromisos. Es que la naturaleza del tango exige polémica, interpretaciones inagotables, infinitas. Esta charla es parte de algo, tal vez ni siquiera de una nota. Un episodio en la vida del tango; apenas un día de setiembre de 1969. No es nuestra intención dar un fallo absoluto, ni dejar por sentencia definitiva las opiniones que aquí se han vertido. De acuerdo con Terencio (“Soy hombre y nada humano me es ajeno”), entonces, deseamos una participación. Fríos o apasionados reclamamos su aporte: impugnen, protesten, critiquen, aplaudan. A nada que suceda en el país debemos ser indiferentes: sean argentinos y opinen.

LA ANGUSTIA QUE NO SE DESEA
Raúl Gálvez, compositor de música beat, y Guillermo Ibáñez, estudiante y sofista, los dos de 23 años discutieron sobre el nuevo tango. Este enfrentamiento es una forma de simplificar el tema y a la juventud; sin embargo, esperamos que todos contribuyan; Es algo que nos interesa a todos... ¿o no?
R. Gálvez: Quiero aclarar que mi especialidad no es el tango. Pero reconozco valores en el nuevo tango como interpretación de una realidad. Digo nuevo tango porque ese es el movimiento importante; de alguna forma u otra, va a establecer como puntal nuevo la verdadera aceptación que este género musical necesita.
Me siento inclinado hacia el nuevo tango, que adhiriéndose al cambio radical de la música, se ha actualizado tanto en su forma orquestal como en el modo de encarar una realidad que muchos parecen haber olvidado que vivimos. Es la transformación que exige el arte, cualquiera sea su medio de expresión.
G. Ibáñez: El tango fue y será siempre el mismo. El denominado nuevo tango no es una ruptura —como pretenden— con el tradicional, es tan sólo una renovación. La música siempre es la misma.
R. Gálvez: Me agrada la forma del nuevo tango; me permite sentirme identificado con las realidades que me circundan.
G. Ibáñez: Estás equivocado. El tango, viejo o nuevo, nunca pintó ni transmitió realidades porteñas. LAS HA MISTIFICADO: ESE ES SU GRAN ERROR.
R. Gálvez: ¿Cómo?
G. Ibáñez: Pero si el porteño es un mito. Nunca existió ese personaje que nos han vendido. Además no entiendo como podemos querer tener una tradición musical si somos un país sin tradición cultural y/o humana.
R. Gálvez: Respeto una opinión tan... Pero si esa es tu verdad, se me ocurre que debes fundamentarla y no contradecirte. Si aceptamos que el tango misfifica una realidad, al menos aceptás que existe algo por mistificar. El arte no debe fotografiar sino lo que más convenga a su interés y dibujar con el elemento utilizado una realidad adecuada a la original o tamizada como instrumento de composición. ¿No te parece?
G. Ibáñez: No estoy de acuerdo con tu proyección acomodaticia de las cosas.
R. Gálvez: En todo caso es a la inversa. No creo ser yo quien acomoda sus argumentos.
G. Ibáñez: Terminemos. El nuevo tango carece de verdaderos poetas; a lo sumo, habrá dos o tres y eso ya te indica que el pretendido porteñismo está harto de angustiarse oyendo cosas que no desea oír. La única función que cumple la música actualmente es la de permitirle a la gente bloquearse y no oír sermones o mensajes. Si a eso le agregás que el tango nunca fue un fenómeno popular entre la juventud. Convéncete: el único fenómeno auténtico de masas en la Argentina es el fútbol. El problema está en el tango mismo y no creo que tenga esperanzas de redención.
R. Gálvez: Creo que lo que el tango necesita es su gran oportunidad y promoción. Con esto se demostraría la veracidad de su música y de su innegable calidad. Cuando eso se ponga sobre el tapete, no creo que la juventud tenga mayores prejuicios en aceptarlo.

Revista Extra
10/1969

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