Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Moria Casan
El amor y también la guerra
Dueña de una ondulante, atractiva figura, la vedette del porteño teatro Cómico confió algunas de si mayores ambiciones, entre ellas "ser la reina de la revista picaresca". Condiciones y voluntad no parecen faltarle

El 2 de agosto, luego de debutar como primera vedette en el teatro Cómico, Ana María Casanova (24, casada, conocida como Moria Casan en el medio artístico) escaló uno de los más encumbrados peldaños de su meteórica carrera en el cotizado medio revisteril porteño, un ascenso que tiene su fundamento. Por lo menos eso es lo que se desprende cuando explica las razones de su rápido éxito: "Mi vida tiene dos objetivos, el amor y mi trayectoria artística. Por ellos estoy dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo, la guerra si es preciso",
Indudablemente, tanta convicción fue la principal aliada de esta ex profesora de danzas y piano, nacida en el porteño barrio de Palermo, que accedió a las candilejas por obra y gracia de la casualidad. "En efecto —rememoró la curvilínea diva— durante une función en el Nacional, en 1968, un amigo me presentó a quien entonces era el coreógrafo. Le gustó mi figura, me hizo una oferta y a los pocos días debuté como figurita en 'Cuando abuelita no era hippie' junto a Zulma Faiad y Adolfo Stray".
Abandonó allí sus incipientes estudios de Derecho e inició un periplo que no habría de detenerse hasta el estrellato. Actuaciones en televisión, alguna incursión en el terreno de la comedía, giras por el exterior junto al clan Lobato e infinidad de presentaciones en distintos espectáculos de revista fueron cimentando su modesta popularidad. Sin embargo, no parece aún conforme con su nivel. Así lo dejó traslucir cuando, entusiasmada, se explayó ante Siete Días: "Soy bastante dúctil y creo tener valores suficientes como para ir adelante. Sé bailar, sé moverme en el escenario y tengo oficio para actuar en sketches. Además, no creo que mi figura sea de las peorcitas. Reconozco que todavía me falta para ser una vedette completa: eso requiere, además de las condiciones, oficio y tiempo. Por eso todas las grandes estrellas de revista son ya bastante mayores: llevan 12 ó 13 años trabajando en esto".
Segura de sí misma, la ondulante morocha no vaciló en predecir cuál será su futuro: "La gente y los empresarios tienen avidez por ver caras nuevas. Yo respeto a lodo el mundo, pero no voy a pecar de falsa modestia: creo que muy pronto voy a llenar ese vacío".
Revista Siete Días Ilustrados
06.08.1973

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